Embiid recibe más golpes, los Sixers colapsan y Butler lidera
Con 9 abajo en el segundo cuarto, un duro golpe de Dedmon sobre Embiid cambió el rumbo del duelo. Los Sixers colapsaron y los Heat, con Butler a la cabeza, fueron un ciclón.
El resultado es ligeramente engañoso, pero no evita que veamos la obviedad de que los Heat han sido neta y completamente superiores. Pero hubo una jugada clave: a poco más de 6 minutos para finalizar el segundo cuarto, Joel Embiid atrapaba un rebote defensivo antes de que Dewayne Dedmon diera un golpe al balón que impactó luego en la cara del pívot de los Sixers. La estrella rápidamente se dolió, tras quitarse rápidamente la máscara con la que juega desde el tercer partido de la serie (no jugó los dos primeros tras recibr un fuerte golpe de Pascal Siakam) e incluso se vieron lágrimas en su cara. Unos minutos antes, sufrió otro duro impacto en la espalda tras intentar salvar un balón que se iba por la banda. En definitiva, un cuadro para un jugador que cambió radicalmente su forma de jugar, desapareció en ataque hasta una breve aparición en el tercer cuarto y se fue incluso a la esquina en la ofensiva de su equipo durante muchos minutos. Con miedo a la penetración, al salto y al contacto, las protestas de Doc Rivers solo valieron para que se llevara una técnica y para que los Heat se fueran 12 arriba al descanso (56-44). Y el resto del partido fue de los Heat.
El conato de rebeldía de Embiid en el tercer cuarto no valió para nada y un triple de un horrible de Tyrese Maxey (2 de 10 en tiros) dejaba sorprendentemente vivos a los Sixers con 12 minutos para el final (81-66). Pero fue solo un espejismo: los Heat iniciaron el último periodo con un parcial de 12-0 y mandaban por 99-70 con menos de 9 minutos para el final. Doc Rivers, que cambió la defensa a zona en el segundo cuarto mientras Erik Spoelstra la intentaba contrarrestar llenando el perímetro de tiradores, se quedó ya sin soluciones y no dio salida a un Embiid apenas disputó algo más de un minuto en el último cuarto, pasando el resto del tiempo en el banquillo. El tiempo que estuvo en pista, el pívot se tocó permanentemente una máscara que se sube al lanzar tiros libres. Y el miedo que tenía a hacerse más daño fue totalmente obvio y restringió su juego. Acabó con 17 puntos y 5 rebotes tras dos dobles-dobles consecutivos, y solo apareció en ese rato del tercer cuarto espectacular (11 puntos), en el que recibió permanentemente en el poste alto y de aí se aproximaba a canasta ante Bam Adebayo o Dedmon indistintamente.
Y, al margen de todo lo que le pasó a Embiid, partidazo de los Heat. Lanzaron por encima del 50% en tiros de campo y rozaron el 40% en triples, atraparon 10 rebotes más que sus rivales (46 a 36) y repartieron 26 asistencias que maniataron a unos Sixers que perdieron más balones (15) que pases a canasta dieron (14). Jimmy Butler sigue a un nivel espectacular y acabó con 23 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias, además de un +36 con él en pista, la tercera mejor estadística +/- de la historia de la entidad; hasta 7 jugadores superaron la decena, Max Strus hizo de todo (19+10), Gabe Vincent emergió (15 tantos), Tyler Herro hizo una irregular primera parte pero mejoró en la segunda y Victor Oladipo (13+3+3+2) es ya un factor diferencial desde el banquillo. En los Sixers, Harden se olvió de su gran cuarto partido y se quedó en 14+6+4 en solo 13 tiros, Danny Green solo intentó 4 triples (convirtió 2) y Tobias Harris se fue a 12 tantos. Los Sixers colapsaron ante la presión en toda la pista de sus rivales, que dejaban solo con un puñado de segundos para atacar a un equipo que necesita madurar mucho sus ataques. Y se hundieron al ver que Embiid estaba tocado. En regular season, el récord del equipo de Philadelphia ha conseguido un récord de 45-23 con Embiid y de 6-8 sin él. En playoffs pasan del 6-2 (6-3 ahora) al 0-2. Las cuentas les avalan si el pívot está en el sexto encuentro. Pero luego tienen que volver a Miami y ganar ese séptimo que nadie sabe si va a tener lugar. Se les ha puesto difícil. Muy difícil.