El riesgo de muerte por COVID se duplica para los pacientes con diabetes
Un estudio británico analizó más de 270.000 casos en todo el mundo. Detectaron que las personas con enfermedad metabólica también tienen más riesgo de hospitalización
En su investigación, los especialistas detectaron que, además, los pacientes con diabetes tenían un riesgo significativamente mayor de requerir ingreso en cuidados intensivos y oxígeno suplementario o de ser admitidos en estado crítico en comparación con los pacientes sin diabetes.
Según sus conclusiones, las personas con diabetes tienen tres veces más probabilidades de estar críticamente o gravemente enfermas con el virus. Sin embargo, el riesgo disminuyó cuando se controlaron los niveles de azúcar en la sangre.
Los hallazgos provienen del análisis de 158 estudios, que incluyeron a más de 270.000 participantes. En ellos, diferentes centros de investigación del mundo reunieron datos con dispersión geográfica que analizan cómo afecta el COVID a las personas con diabetes. Stavroula Kastora, autora principal del documento afirmó: “Descubrimos que después de una infección por COVID-19, el riesgo de muerte para los pacientes con diabetes aumentó significativamente en comparación con las personas que no poseen la enfermedad”.
Las conclusiones obtenidas en la investigación acaban de publicarse en la revista Endocrinología, Diabetes y Metabolismo. En el escrito los científicos señalaron que “un buen control glucémico puede ser un factor protector en vista de las muertes relacionadas con el COVID-19″.
Además, agregó que según este estudio de datos globales, “pudimos confirmar que los pacientes con diabetes mostraron un riesgo significativamente más alto de necesitar cuidados intensivos, oxígeno suplementario o admisión con una condición crítica que los pacientes sin diabetes. Puntos que permiten considerar recaudos frente a la atención de estos casos en los sistemas de salud, además de comprometer prioridades de protección”
Concretamente los datos indicaron que los análisis combinados revelaron que las personas con diabetes tenían 1,87 veces más probabilidades de morir con COVID, 1,59 veces más probabilidades de ser ingresadas en cuidados intensivos y 1,44 veces más probabilidades de requerir ventilación y 2,88 veces más probabilidades de ser clasificadas como graves o críticas, cuando se comparaba su situación con pacientes atravesando las mismas situaciones pero que no padecían diabetes.
La diabetes es una afección médica grave en la que los niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, 26,9 millones de personas de todas las edades, o el 8,2% de la población de ese país la padece.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que alrededor del 10,5% de la población adulta mundial padecía diabetes en 2021; para el año 2045, se espera que esta cifra aumente a más del 12%.
El estudio reciente estudio fue realizado en colaboración con King’s College de Londres y también tuvo en cuenta la ubicación de los pacientes y destacó los recursos de atención médica disponibles para ellos. Así, las personas de China, Corea y Oriente Medio tenían un mayor riesgo de muerte que los de los países europeos o los estadounidenses, debido a las diferencias en los sistemas de atención médica.
“Pudimos detectar una diferencia menos extrema en los resultados de los pacientes de la Unión Europea o de los Estados Unidos -agregó Kastora-. En última instancia, hemos identificado una disparidad en los resultados de COVID entre el mundo oriental y occidental”.
Si bien la diabetes aumentó la gravedad del COVID-19, un estudio reciente publicado en la revista Diabetología también mostró que las personas que han tenido una infección por este virus tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
“A la luz de la pandemia en curso, fortalecer las clínicas de diabetes para pacientes ambulatorios, garantizar un seguimiento constante de los que padecen diabetes y optimizar su control glucémico podría aumentar significativamente las posibilidades de supervivencia después de una infección por COVID”, concluyó Kastora.