Él la quiso, ella no tanto: la historia de pasión y desamor de Sean Penn y Charlize Theron
Primero fueron amigos, después se pusieron de novios. Cuando parecía que se venía la boda lo que llegó fue la ruptura
El noviazgo no empezó un día en particular, tampoco fue producto de un flechazo y mucho menos un amor a primera mirada. Comenzaron como amigos y 18 años después la hermosa amistad viró a gran noviazgo. Se conocieron en 1995 cuando Sean tenía 35 años y ya lucía ese tipo de rostro gastadito por la vida que resulta tan atractivo. Charlize había cumplido 20 y era dueña de esa belleza perfecta que no necesita luz especial porque tiene propia. Se vieron, se conocieron, charlaron pero no se enamoraron; para esa época ambos estaban comprometidos.
Penn estaba en pareja con Robin Wright, la inolvidable Jennie de Forrest Gum. Antes, el entonces bad boy más carismático de Hollywood había vivido un noviazgo poco recordado con Elizabeth McGovern y un matrimonio inolvidable, explosivo y mediático con Madonna. Tanto derroche de adjetivos no es porque sí. Alcanza con recordar el día del casamiento entre el actor y la cantante para justificarlos. Fue el 16 de agosto de 1985 y la boda terminó con un Penn desencajado, empuñando una pistola y disparando a los paparazzi que intentaban fotografiar la celebración desde helicópteros, mientras dejaba un mensaje escrito y explícito en la arena para que pudieran fotografiarlo desde las nubes: “Fuck you”. No hay que saber inglés para entenderlo.
Si la irascibilidad de Penn era conocida, no menor era reconocido su talento único y descomunal. Y acá abrimos otro paréntesis. Si el lector duda de eso, le recomiendo mirar la película Río Místico. En un momento el personaje de Penn se entera de la muerte de su hija. Su grito/alarido es tan desgarrador/visceral que se convierte en inolvidable. Solo por esa escena merece entrar al panteón de la fama. Pero cerremos paréntesis y volvamos a la historia de amor.
Como escribimos antes, cuando ambos actores se conocieron estaban comprometidos. Sin posibilidad de romance ni traiciones eligieron ser amigos. “Creo que nuestra relación nació del respeto mutuo. A Sean le gustaba tener conversaciones que no giraran solo en torno a hacer películas. Eso es algo difícil de encontrar entre tus amigos de aquí, y ahí fue donde nuestra amistad creció realmente”, explicó la sudafricana sobre esa amistad.
Los años pasaron, siguieron las películas y los reconocimientos. En 2004 ambos fueron premiados con un Oscar. Ella se lo llevó por su impactante transformación física y su interpretación en Monster; él, por Río Místico. Hoy, casi 20 años después, la imagen de ambos con sus estatuillas todavía hipnotiza. Los casi 10 centímetros de diferencia de altura que Theron le lleva a Penn ni se notan: estaban igualados en magnetismo y talento.
Así andaban las cosas. Amigos con complicidad y sin derechos y muy comprometidos con sus parejas. Charlize con Stuart Townsend, su novio durante casi una década. Penn con Wright, con quien tuvo dos hijos; ella estaba tan feliz con su matrimonio que en los créditos de muchas de sus películas pedía aparecer con el apellido de su marido. Sin embargo, en 2010 ambas parejas se separaron. Theron rompió con Towsend porque, según aseguraban sus allegados, “se habían vuelto más hermanos que amantes”. Penn, después de una fallida reconciliación, se divorció de Wright.
Para 2013 estaban solos y sin compromisos. Decidieron recibir Año Nuevo juntos en Hawai. Theron llegó a la isla sin su hijito Jackson, para celebrar la llegada del 2014 en la casa que el actor tiene frente a la playa de Oahu. Los fotógrafos captaron a Penn surfeando mientras Theron tomaba sol. Nunca confirmaron si fue en ese lugar que dejaron de ser amigos para transformarse en novios, pero semejante escenografía a Cupido le facilitó bastante el trabajo.
Confirmado el romance se convirtieron en la pareja perfecta. Ambos, siempre discretos/herméticos para hablar de su vida privada, reconocían su amor ante la prensa. “Es el amor de mi vida”, admitía ella. “Me sorprende estar enamorado”, reconocía él. “Hay una base de 20 años compartidos con el otro. Es la base de algo que trajo hermosas cosas a mi vida”, declaraba la rubia. “Desearía poder traducir esto sin sonar subjetivo por relación personal, pero ella es en realidad el sueño de un director. No es mi novia, es el amor de mi vida”, la admiraba él. Oh, el amor, el amor...
El romance era tan fuerte que Penn decidió hacerle un regalo maravilloso a su novia. No piense el lector que le compró un diamante, una mansión o una mascota extraña. Nada de eso, no olvidemos que se trata de Sean Penn. Durante la gala benéfica Help Haiti Home que organizó, subastó su arsenal, compuesto por 65 armas de fuego. Más que un acto solidario, fue una prueba de amor a Charlize: “Una mujer fuerte, que resulta ser de Sudáfrica, me ha convencido para deshacerme de las armas. Y considerando lo liberador que resulta deshacerse de esa mierda y la fealdad, sería una tontería no donar estar armas y destruirlas. El escultor Jeff Koons va a convertirlas en una escultura”, explicó. No fue necesario recordar que en su adolescencia la actriz vio cómo su madre mataba en defensa propia a su padre.
Sean y Charlize pasearon su pasión por las más importantes alfombras rojas, donde se los veía enamoradísimos. Se rumoreaba una propuesta de casamiento en París y que el actor se había convertido en un padrazo para Jackson, el hijo adoptivo de su novia. Hasta Dylan, la hija de Sean y Robin Wright, declaraba que Charlize era “brillante y la única mujer desde mi mamá que puede callar a mi papá”.
Parecía que sonaban las campanas de boda, pero lo que terminó sonando fue el silbatazo de “final de juego”. En junio de 2015 llegó la ruptura, sin explicaciones ni comunicados.
¿Qué sucedió? Según los trascendidos/especulaciones de ese momento, fue ella fue quien tomó la decisión y además le hizo lo que hoy se conoce como ghosting. O sea, dejó de llamarlo por teléfono, responder mensajes o al menos “clavarle el visto”. Desapareció, sin dar más explicaciones.
Casi un año después de la ruptura coincidieron en el Festival de Cannes. Presentaron The last face, película que habían rodado juntos. Esa misma pareja que emanaba amor ahora se ignoraba en los eventos y las conferencias. Si debían estar cerca, se los veía tensos. El magnetismo se había transformado en repulsión.
Recién en 2016 Theron decidió explicar un poco qué había pasado en una entrevista para el Wall Street Journal. “Estábamos en una relación y no funcionó. Ambos decidimos separarnos. Eso es todo. No hubo ninguna historia ni drama loco”, aseguró sin vueltas ni dramatismo, y sumó otra aclaración/desmentida: “Era una relación muy nueva. La historia de que Sean iba a adoptar a mi hijo no es cierta. No es algo que ocurre en 18 meses. Uno no puede hacerle eso a un niño”.
Tiempo después volvió a aclarar en The Howard Stern Show: “No me he ‘casi casado’ con Sean, eso es una tontería… Era una relación, eso es correcto”, continuó, pero especificó: “Duró apenas un año. Nunca nos mudamos juntos. Nunca pensé en casarme con él”.
En el 2020, Penn, con 59 años, se casó con la actriz Leila George D’Onofrio, de 28. Theron sigue disfrutando de ser la mamá de Jackson y August, y de su soltería. “Me gusta tener citas pero no sé si alguna vez podré volver a vivir con alguien. Para ser sincera, tal vez se tengan que comprar la casa a mi lado. No lo sé, soy demasiado vieja para lidiar con eso”, asegura. Desde su ruptura tanto Penn como Theron siguieron con sus vidas, sus trabajos y afectos, y quizás alguna vez, al ver una foto de ambos sonríen mientras reconocen “no me acuerdo de… olvidarte”.