Djokovic alcanza las 1.000 victorias para repetir final

El serbio vence en dos sets al noruego Ruud y peleará por cuarto año consecutivo por el título del Masters italiano. Tsitsipas será su rival.

Nacho Albarrán
As
Novak Djokovic da miedo. Se maneja otra vez con esa autoridad que asusta, con los ojos inyectados en sangre y la rabia que se lleva por delante a rivales tan notables y dignos como Casper Ruud. Contra el noruego de 23 años y número 10 del mundo, el uno logró su victoria 1.000 en el circuito ATP (6-4 y 6-3 en 1h42) y jugará por cuarta vez consecutiva la final en Roma, donde ha sido cinco veces ganador, con un currículum impresionante. Ha llegado al partido por el título en 12 de sus 16 apariciones y sólo perdió una vez en semifinales, cuando en 2018 le superó el único jugador que ha brillado aún más que él en el Foro Itálico: Rafa Nadal, vigente campeón. Este domingo (16:00, #Vamos) se enfrentará en el último partido a Stefanos Tsitsipas, a quien domina por 6-2 en el cara a cara y al que venció en la capital italiana en los cuartos del año pasado.

"Es uno de los tres o cuatro mejores en tierra de los últimos años. Espero una gran batalla, pero estoy preparado", advirtió Djokovic, que entra con mucho lustre en el club de los 1.000 triunfos. Es su quinto componente en la Era Open (desde 1968), superado sólo por Connors, Federer, Lendl y Nadal (ver tabla). El nuevo Halcón Milenario de la historia del tenis, por el número y porque es un depredador, saldrá de la Ciudad Eterna como líder del ranking y alcanza su 55ª final de Masters, en busca de su 38º trofeo en la categoría, cifras ambas que marcan récords. "Había visto a Federer y Nadal celebrar esto y quería alcanzar yo también esa cifra", dijo sonriendo. "Me siento bendecido y privilegiado por haber conseguido tantas victorias en el circuito", añadió.

El balcánico conocía lo suficientemente bien a Ruud, porque ya le había ganado en suelo transalpino en dos ocasiones (Roma 2021 y ATP Finals de Turín 2021). Por eso salió a no dejarse sorprender y su arranque fue magnífico hasta el 5-1 que colocó con esa precisión con la dirige el curso de los partidos y que estresa incluso a rivales tan tranquilos como el discípulo de la Rafa Nadal Academy, a quien poco se le puede reprochar, quizá un poquito más de finura con el revés. Nole lo sabía y se lo atacó a menudo. No obstante, desde ese sprint inicial del ganador de 20 Grand Slams, Casper estuvo bastante bien. No le dio para remontar, pero acortó en el primer set hasta el 6-4.

Ocho juegos

Después aguantó con bravura las embestidas del titán de Belgrado, que había rugido tras el último punto de esa manga y no se descentró. Había sumado 14 errores no forzados, la mayoría después de los dos primeros quiebres, y en el segundo parcial los redujo a seis. Falló poquísimo, poniendo a prueba los nervios de acero de Ruud, hasta que en el octavo juego acabó con su resistencia y lo abatió. "Creo que jugué muy bien. Empecé de manera fantástica, con un 4-0. Luego bajé un poco mi nivel y no me sentía tan bien. Pero lo importante era cerrar el set. Después hubo un rato muy parejo, pero yo me veía mejor. El resumen es que jugué fenomenal en los cuatro primeros juegos y en los cuatro últimos". Lo dicho, que viene el coco a una semana de Roland Garros.


Entradas populares