'Camaleón' Camavinga

El mediocentro francés se adapta, con 19 años, a lo que le eche Ancelotti. El Madrid selló la Liga con él de central, otra prueba más. Ya jugó de 'tres' en la Champions...

Carlos Forjanes
As
Hay niños prodigio como Odegaard que demandan a sus entrenadores y sus equipos que sigan su ritmo, y otros, como Camavinga, que tocan al piano, el tambor, el clarinete y hasta raspan la botella de anís si es necesario. El francés asoma como el hombre-orquesta del futuro del Madrid. Contra el Espanyol, tras una buena primera parte de lo suyo (centrocampista), para la segunda Ancelotti le pidió estrenarse como central y Eduardo respondió ‘Oui!.


Camavinga ha traído al Madrid y un espíritu positivo muy del gusto del vestuario, la de la sonrisa perenne en esa línea que empezó el saliente Marcelo y ha heredado Vinicius. Eso viene en el kit de futbolista de Camavinga. En su primer entrenamiento con los profesionales del Rennes raspó el tobillo de Ben Arfa y el inmediato enfado del veterano quedó desarticulado por la sonrisa y la jovialidad del novato.

Cada vez que a Carletto le preguntan por el futuro del jovencísimo Eduardo, alude a la energía que desprende su pupilo y sobre todo que “también es presente”. El transalpino conoce al dedillo el oficio de centrocampista pero quiere ver más de Camavinga. Hasta dónde puede llevar su talento natural para este deporte. Por eso le probó, aunque fuera a la desesperada, como lateral izquierdo en la famosa derrota contra el Sheriff y durante la campaña ha querido verlo varias veces haciendo de Casemiro aunque ahí, el brío desembocó en una sobredosis de amarillas (ha visto 8 en 23 partidos de Liga). Sangre impetuosa que sólo hay que atemperar. En Francia hay quien incluso apunta a más posibles posiciones por probarle. El comodín está aún por definir...

Protector con los suyos

Camavinga cuida de los suyos. De sus padres Celestino y Sofía cuando el domicilio familiar sufrió un aparatoso incendio y ahora también de su hermano Sebastiao, al que ha apoyado en su proyecto de estrenar una peluquería en Madrid. Sus tijeras la han estrenado ya Benzema, Rodrygo y Militao. También está orientando a su hermano pequeño, Celio, ‘fichado’ por Courtois para los prebenjamines del Dux Internacional. En la celebración del alirón, Eduardo persiguió por el césped a Celio hasta que le alcanzó con un cariñoso placaje. Puro Camavinga.

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