Boca y la importancia de depender de sí mismo para cerrar el semestre

El Xeneize, a un partido de sumar un nuevo título y a otro de clasificar a octavos de la Copa. Nada mal para un equipo que es tan irregular en el juego.

Juampi Reynoso
As
Boca se metió de lleno en la semana más importante del semestre. En pocos días se jugará la chance de ser otra vez campeón del fútbol argentino (ante Tigre en Córdoba) y luego afrontará el último partido del grupo de la Libertadores (vs. Deportivo Cali en la Bombonera), en donde intentará abrochar la clasificación a octavos de final.

El semblante puertas adentro es positivo, más allá que los protagonistas reconocen que desde lo futbolístico todavía falta. “Me gustaría que el equipo juegue siempre como contra Defensa”, declaró Juan Román Riquelme en ESPN y reflejó el sentir del plantel. Sin embargo, el técnico, los jugadores y hasta el Consejo de Fútbol tienen en claro que los resultados mandan. Y el balance, hasta entonces, en ese aspecto es más que positivo.

La irregularidad en cuanto a lo mostrado dentro del campo de juego se suplió con triunfos importantes que trajeron alivio: a River en el Monumental, a Always Ready en La Paz, al Halcón en la Bombonera y Racing por penales en la semifinal. Las formas importan, claro está, pero nunca tendrán el rol protagónico que tiene el marcador final. Por eso, el Xeneize se aferra a que en los momentos determinantes siempre se las arregló para competir.

Depender de sí mismo es una tranquilidad y un privilegio enorme para los dirigidos por Sebastián Battaglia. El “seremos menos malos que los demás” que patentó Román durante sus últimos años como jugador profesional aplica a la perfección para este momento e ilusiona de cara a los próximos días. Aún entendiendo que en esta clase de partidos el cómo no importa tanto, la obligación de representar los valores del club en instancias decisivas y estar a la altura en ambos encuentros es una obligación, más allá de cómo termine la historia.

Los hinchas, que ya compraron sus pasajes para estar en el Kempes, sueñan con una nueva olímpica y mantienen viva la llama de volver a conquistar América tras 15 años de sequía. Cueste lo que cueste, Boca.

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