Boca: Darío Benedetto, un 9 que juega al límite, que quiere volver a sentirse decisivo y ganador
Si bien aportó festejos para el equipo de Battaglia, su figura no termina de consolidarse en esta nueva etapa en Boca; encima, algunas reacciones en el campo le juegan en contra
Su segundo ciclo transita constantes situaciones límites. Es indiscutible su relación con la red rival. Cuando partió rumbo a Marsella a mediados de 2019 para sumarse a Olympique, Benedetto había fijado un promedio de gol de 0.59 producto de 45 tantos en 76 encuentros, el mejor desde que Martín Palermo se retiró en 2011 y, además, superando la media del ex artillero (0.58). Luego de haber disputado 13 compromisos en 2022, esa marca se agrandó: sus ocho goles estiran su promedio total a 0,60, mientras que sólo en esta segunda etapa en el club ostenta 0,62. Aunque la gran imagen se contrasta. El ‘9′ está, pero a veces no.
No hay dudas de que es el ancho de espada del plantel. Sus competidores, Luis Vázquez y Nicolás Orsini, quedaron tapados con su presencia, pero cuando tienen la oportunidad de jugar –al menos por ahora– no meten demasiada presión: el juvenil hizo dos goles en 14 partidos de este año, mientras que el ex delantero de Lanús sólo le convirtió un doblete a Central Córdoba, de Rosario, por Copa Argentina. Benedetto hace, incluso, que los goles que no convierten los volantes (no marcaron en 2022) se disimulen un poco más. Es la tercera vez que en este nuevo ciclo convierte dos goles en un mismo compromiso (Independiente, Always Ready y Barracas Central).
Sabiendo de su importancia y, sobre todo, su influencia en el arco adversario, es lógico que Sebastián Battaglia, en medio de tanto elogio, también lamente su ausencia del próximo miércoles: “Ahora no puede estar en la Copa Libertadores. Veremos cómo nos acomodamos para ese partido”. Asimismo, luego de un nivel colectivo que conformó a muchos en el 2-0 al Guapo: “Hoy (por el sábado) se mostró totalmente otra cara: la de un Boca que queremos. Fuimos más contundentes, atacamos más, tuvimos la pelota. Es el camino a seguir”, expresó el N°9.
Con más razón, aún es difícil comprender su acción para terminar no jugando en Bolivia. De la enorme tijera, que hasta fue comparada con algunas que supo hacer el propio Palermo, se pasa a la imagen de un futbolista que por reacciones infantiles no ayudará a su equipo en una verdadera “final”: ante Always Ready, en la altura de La Paz, Boca está obligado a conseguir los tres puntos para salir del fondo del grupo.
“Lo de ‘Pipa’ es algo bueno, el ‘9′ siempre necesita marcar. Y hacer dos le viene bien para agarrar más confianza”, se alegró el entrenador, pero también sabe que no puede fallar en la elección del reemplazante.
Lo mejor de Benedetto ante Barracas Central
¿Por qué se ausentará en Bolivia? Llegó a la tercera amarilla, encima, consecutiva: una en cada encuentro que disputó por la etapa de grupos del certamen subcontinental. Raro para un atacante y con la experiencia de Benedetto, que pronto cumplirá 32 años. Para ponerle el “broche”, la amonestación que derivó en la suspensión la generó en Brasil peleándose con Joao Victor, zaguero del Timao, por defender al juvenil Exequiel Zeballos. “Con él no, vení conmigo”, lo desafió el goleador. Esas reacciones por querer tomar un mayor liderazgo hacen que siempre se exponga a expulsiones y a miradas de reojo puertas adentro.
Porque ese entredicho no lo conformó y, con el plus de la derrota, fue a buscar al defensor con una infracción innecesaria que merecía la segunda tarjeta amarilla y, por ende, la roja. Zafó, pero el encuentro en La Paz se lo pierde igual por pasarse de revoluciones. No es la primera vez que le sucede. Lo más necesario es su presencia por ese peso natural de goleador que posee entre sus virtudes.
O como cuando encaró los micrófonos con más ganas de que le consultaran sobre la decisión de Battaglia de apartar a Agustín Almendra del grupo que por el encuentro por la Copa Argentina. Y se desquitó: “Había que cortarlo de raíz y se cortó. No se aguantaba más. Le sobra nivel para jugar, pero no mentalidad. Lo de Agustín ya no tiene vuelta atrás, nunca se dio cuenta de la camiseta que tenía puesta”, lo expuso aún más cuando otros referentes no hablaron del conflicto.
También al límite desde lo físico. Previo al superclásico que Boca ganó 1-0 en el Monumental había sufrido un desgarro –no informado por el club– que lo hizo llegar con lo justo. O, mejor dicho, forzado: sus 45 minutos en Núñez fueron muy flojos, sin participar y con una notoria falta de condiciones para jugar. El buen ingreso de Luis Vázquez para la segunda mitad lo dejó todavía más en evidencia. Y aquella noche en el estadio Arena Corinthians ingresó en los últimos 34 minutos porque arrastraba una molestia muscular.
Darío Benedetto rompe redes, pero –por ahora– juega al límite de un gol o... una lesión o suspensión.