Vuelve Haaland, vuelve el Dortmund

El Borussia Dortmund sacó el rodillo a pasear esta tarde en el Signal Iduna Park en un cuarto de hora histórico. Haaland participó en la fiesta con un doblete.

José Carlos Menzel

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El Borussia Dortmund sigue siendo una moneda al aire y el sábado, en vez de cruz, como tantas veces a lo largo de lo que va de temporada, salió cara. Sí, dio la cara el equipo de Rose. Y el nene. Sin apenas esperanzas en la pelea por la ensaladera, donde, a falta de lo que haga el Bayern el domingo en Bielefeld, se queda a seis puntos del eterno rival, las abejas dieron una alegría en mayúsculas a su afición endosando un set a un triste Wolfsburgo. Haaland, que atravesaba una sequía de cinco partidos, volvió a mojar. Anotó un doblete el crack en su gira de despedida que pone a prueba que, muy a pesar de los altibajos de su equipo en lo que va de curso, no se rinde.

Y eso que el inicio de partido no es que fuera precisamente un monólogo por parte de los locales. Pudo adelantarse el Wolfsburgo por medio de Nmecha, pero lo impidieron los reflejos de Kobel bajo palos. Supo reaccionar el Borussia. Y tanto. En cuestión de un cuarto de hora, le dio un auténtico baño futbolístico a los lobos que encontró su reflejo en un luminoso del Signal Iduna Park que mostraba 5-0 al descanso. El debutante Rothe (de 17 años), Witsel, Akanji, Can y, por fin, Haaland endosaron una manita al Wolfsburgo en 14 minutos. Fue un vendabal el conjunto que vestía de negriamarillo.

Lo peor para los visitantes: pudieron ser más. Creaba oportunidades por minuto la maquinaria ofensiva del Borussia. La debable nortealemama continuó en los segundos 45 minutos. Otra vez Haaland, que ya llevaba una asistencia y un gol, firmó el set y condenó a un Wolfsburgo que, al menos, anotó el tanto de honor. Después de estrellarse en el larguero un disparo de Vranckx, Baku maquilló un resultado que pone a prueba que este Borussia, de ser más constante, hubiera podido ser mucho más esta temporada que una caja de sorpresas. Ahora, depende del Bayern no resucitar a un Dortmund con el que se verá las caras el próximo fin de semana en el clásico del fútbol alemán. Vuelve a sentir la presión el campeón tras su eliminación en Champions a manos del Villarreal.