Un gol de Claudio Riaño que tardaron casi 6 minutos en revisar y un empate justo
El Globo perdía dos veces ante el equipo de Rondina, pero logró reponerse e igualar 2-2
El partido empezó con emociones: a los dos minutos le anularon un gol a Claudio Riaño por supuesto offside, pero el juez Facundo Tello pidió al VAR que lo chequeara. Luego de un centro, Sbuttoni luchó con Walter Pérez, defensor de Huracán, y la pelota derivó hacia el delantero que gambeteó a Marcos Díaz y convirtió. En las imágenes no quedó claro si el último toque era de Sbuttoni o de Pérez, pero Tello y el VAR decidieron que la jugada habilitaba a Riaño y convalidaron el tanto. El proceso demandó casi seis minutos.
Kudelka, enojado porque las “tablets” de sus ayudantes le marcaban que Riaño estaba offside, se dedicó a tratar de levantar el ánimo de sus futbolistas, que parecían golpeados por el debut en contra del VAR. El inflador anímico del técnico del Globo funcionó y su equipo se fue encima del Ferroviario hasta que, a los 17, Hezze robó con una presión alta y habilitó a Matías Cóccaro, que corrió, se sacó un defensor de encima y definió muy bien ante la salida de Toselli.
Lo mejor del partido
Pero a los 34 minutos Iván Ramírez y Alejandro Martínez armaron una buena pared para que el último metiera un desborde al fondo y centrara para que Renzo López la metiera con el pecho, y así marcar el segundo gol para los dirigidos por Sergio Rondina.El VAR no fue lo único que le dio dolores de cabeza a Kudelka, ya que debió realizar dos cambios por lesiones en el primer tiempo, con la salida de Tobio y Hezze.
En el segundo tiempo se alternaron en el control del juego, pero Rondina logró que sus dirigidos mantuvieran a los rivales lejos de Toselli y poco a poco fue neutralizando los avances visitantes.
A los 41 minutos, Galván metió un pelotazo al área de Central Córdoba desde su campo, Pereyra le ganó a Cordero y su despeje le cayó a Franco Cristaldo, que le pegó un derechazo muy fuerte desde fuera del área, que golpeó en Bay y se le metió a Toselli, para lograr el empate en favor de los de Parque Patricios.
El empate fue un premio para Huracán y un lamento para Rondina, que mandó a sus jugadores a buscar desesperadamente el tercer tanto, que no llegó.