River se mantuvo fiel a su ADN y ofreció otra noche frenética de Copa Libertadores
En un Monumental repleto, derrotó por 2-0 a Fortaleza y estiró su gran momento
Pasaron dos años, seis meses y doce días para que en Núñez se volviera a vivir una noche de Libertadores con público en el Monumental. Y los 72.054 espectadores lo disfrutaron al máximo. Hay una conexión constante entre las tribunas y el campo de juego. Los futbolistas se despliegan con coraje, intensidad y vocación ofensiva y el hincha se siente representado. Valora y comparte la propuesta. En un fútbol argentino en el que escasean las ideas sostenidas en el tiempo, el River de Gallardo sigue siendo un oasis.
El primer gol fue una pintura de su propuesta. Presión alta de Nicolás De La Cruz para recuperar la pelota en plena salida del rival, centro rápido para agarrar mal parada a la defensa brasileña y aparición vehemente de Enzo Fernández desde la medialuna del área para capturar un rebote e inflar la red con un derechazo bárbaro. A los 10 minutos ya estaba 1-0 y luego, a los 33, volvió a aparecer el volante uruguayo para hacer valer la jerarquía individual: tras otro despeje en un córner, sacó un remate fortísimo de derecha en el aire para marcar el 2-0.
Lo mejor de la victoria de River
Con el resultado a su favor, River desplegó muy buenos tramos de un fútbol dinámico, atrevido y voraz con su esquema 4-1-3-2. Andrés Herrera y Milton Casco se ubicaron cerca de los volantes, Paulo Díaz y David Martínez adelantaron la línea defensiva y fueron siempre el primer pase preciso, Enzo Pérez manejó los hilos, Enzo Fernández se adueñó de la pelota y fue un falso enganche, Nicolás De La Cruz y Santiago Simón presionaron, se ofrecieron como pase y desbordaron y Matías Suárez y Julián Álvarez se complementaron muy bien en ataque para ser referencia constante. Quizás, le faltó precisión en el área para ampliar la ventaja y deberá ajustar el retroceso cuando pierde la pelota. Pero redondeó otra gran noche copera.
Enfrente, Fortaleza se plantó con un 3-5-2 que buscó ser agresivo para presionar e intentar cortar las líneas de pase. Por momentos, le dejó demasiados huecos a su rival y sufrió mucho la velocidad y el juego asociado de River. Mientras que en otros tramos del encuentro, le salió bien. Lastimó.
Expuesto por su posicionamiento, el Millonario dejó entrever desajustes defensivos, especialmente por las bandas, que le podrían haber costado caro. Si el equipo brasileño no pudo convertir en la primera parte, se debió a la falta de efectividad de sus delanteros y a la buena tarea de Franco Armani y de ambos centrales para jugar y cortar siempre al límite al quedar mano a mano. Pero cuando logró superar los obstáculos que le presentó el planteo de Juan Pablo Vojvoda, River encontró los huecos para acelerar y jugar como le gusta. Y el partido nunca se le fue de las manos.
River siempre dominó la posesión y el ritmo del juego. Luego, en el segundo tiempo contó con diversas situaciones para marcar el tercer tanto. No lo logró, pero terminó machacando a un Fortaleza que en la segunda mitad ya no tuvo claridad y le costó mucho llegar al área de Armani. Así, Gallardo por primera vez le ganó a un brasileño en el Monumental por Copa Libertadores, tras cuatro empates y cuatro derrotas. Y el Millonario, que sumó su cuarta victoria en fila en todas las competencias, sigue líder del Grupo F con seis unidades junto a Colo-Colo y se permite soñar con el funcionamiento de un equipo que empieza a tomar vuelo.