Prohibido confundirse: el análisis del triunfo de Boca
¿Qué cambia esto? ¿Boca juega bien? ¿Ahora sí es candidato a ganar la Copa? ¿Battaglia está mejor agarrado al banco? ¿Cuáles son los avances que mostró el equipo? ¿Es un buen resultado ganarle 2 a 0 a un equipo boliviano notoriamente más débil que encima jugó un tiempo con uno menos? ¿Hubo un buen rendimiento? ¿Dejó el partido imágenes como para ilusionarse? Es cierto, la gente se fue gritando. Pero la levantó el gol de Benedetto al final, justo en el descuento. Contrafáctico: sin ese gol, apenas si hubiera habido aplausos y el canto de siempre de la barra.
Boca está en cero. Con el triunfo, apenas empató a Always Ready en la tabla
y sigue por debajo del Cali, que debe su partido con Corinthians. Once
contra diez, en la Bombonera, contra un rival que fue a sacarse fotos de
este acontecimiento histórico que es para este club menor jugar la
Libertadores en la casa del club más grande de América, hasta los 95
minutos ganaba 1 a 0. Había convertido su único gol 70 minutos antes y no
había podido hacer más diferencia por la propia incapacidad, porque los
bolivianos -dignísimos y todo- no opusieron gran resistencia. Hubo una docena de situaciones de gol, casi todas en el segundo tiempo, pero en ningún momento Boca ahogó a Always Ready. No lo agarró del cuello, no lo peloteó, no le llenó la cara de dedos, no lo aplastó,
no le hizo pesar su falta de roce en este tipo de partidos ni su
inferioridad de todo tipo (numérica, de jerarquía...). ¿Se festeja esto,
entonces? No habría que caer en confusiones como la de Benedetto: "Este es el camino que tenemos que seguir". ¿En serio? No, por favor. Un rival mínimamente serio (Cali, por ejemplo) puede poner al equipo en serias dificultades.
Se puede apuntar como positivo el doblete de Pipa (siempre le hace bien a la confianza del 9), cierta recuperación futbolística de Salvio -torcido para el arco pero encarador y merodeando el gol-, el buen rendimiento de Aranda, la desfachatez de Zeballos (aun dentro de cierto marcado egoísmo), lo imparable que se hace Fabra cuando empieza a llevarse puesto todo hasta llegar al fondo. Pero son, como se ve, todas conclusiones individuales. Y todo análisis sobre este equipo es relativo porque es una formación sin futuro. ¿Cuándo va a volver a poner Battaglia de entrada, todos juntos, a Pol, Ramírez, Romero, Pipa, Salvio y Zeballos? Tal vez nunca más. De hecho, Pol Fernández sufrió el partido por los laderos que (no) tuvo. ¿No hubiera sido mejor poner un equipo más lógico, para que ganara rodaje, como si Always Ready fuera un adversario importante?
Boca cumplió con el mandato de la gente, que era "ganar cueste lo que cueste". La hinchada se los había hecho escuchar a los jugadores -como si no lo supieran- apenas pisaron el campo. Ganó, entonces. Creó unas cuantas chances, sí. Pero la imagen no cambió mucho ni puede tomarse esto como evidencia concluyente. Nadie que quiera realmente a Boca, nadie que repase dos segundos lo que pasó, pudo haberse ido satisfecho de la cancha. Boca es Sportivo Ganar Siempre, sí. Pero este triunfo no asegura otros. A trabajar entonces. A mejorar. Acá no ha pasado nada.