Plena confianza en Mercedes

La escudería trabaja en mejoras y su jefe, Toto Wolf, manda un aviso: "El coche es el mismo que ha ganado trece títulos, aunque alguno piense que nos ha debilitado".

María Viñas
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La Fórmula 1 aterriza en Europa por primera vez este 2022. Lo cual, significa que este fin de semana llega una cita clave marcada en el calendario de Mercedes: el Gran Premio de la Emilia Romagna. Imola se prepara para dar la bienvenida a la nueva era de la competición y, en especial, a esas mejoras que la escudería de la estrella plateada lleva esperando desde el punto de partida en Bahréin. Después de ocho títulos consecutivos, la marca alemana está sufriendo su peor arranque de año.

Los problemas con el famoso porpoising siguen siendo muy evidentes y, con una potencia que tampoco es la de otros años, los abandonos de su gran rival, Red Bull, han jugado a su favor. Las sensaciones en el box de Mercedes no son muy buenas pero, al menos, han logrado sumar ya dos podios en tres carreras. Muy alejado de lo que suele dar la escudería y a años luz de un Ferrari intratable, pero aún no del todo descolgados de la batalla. Eso sí, un sorprendente Alpine acecha a esa lucha por ser el tercer mejor monoplaza de la parrilla, aunque sus problemas de fiabilidad no dejan mostrar su posición real.

Por ello, el trabajo desde la fábrica de Brackley sigue de manera ininterrumpida. Las mejoras tienen que llegar con urgencia si quieren mantener sus opciones a final de temporada, siempre teniendo en mente el techo presupuestario marcado para la temporada. Entre las muchas opciones que se barajan desde la fábrica, Toto Wolf, jefe del equipo, admite, en declaraciones recogidas por RacingNews365.com, que Mercedes sigue descartando el concepto con pontones, es decir, que no recurrirá al W13 que se vio en los primeros test de pretemporada, en Barcelona. Una opción que incluso se estudió antes de la primera cita del curso, viendo que el rendimiento del nuevo monoplaza en los test de Bahréin no fue el esperado.

Mucho por estudiar

Y ahora, le toca lidiar con las consecuencias de sus decisiones: "Ya he estado otras veces en esta situación y es suficiente con ser humilde para afrontarla. Ya en el pasado advertí que las nuevas reglas podrían alterar la jerarquía y eso es exactamente lo que ha sucedido". El directivo insiste en el rebote del coche, su principal punto débil y al que, más pronto que tarde, tendrán que ponerle solución. "Nuestros estudios y simulaciones muestran que el coche es un segundo más rápido de lo que demuestra en pista. El problema es el rebote, hay otros equipos que lo han resuelto mejor. ¿Cuál es la alternativa? ¿Volver atrás muchos meses, a la configuración de Barcelona? Pienso que no es algo que pueda hacerse con facilidad", revela el austriaco.

Aunque confiesa que no es el único punto en el que pierden: "Hay muchos aspectos que sabemos que podemos mejorar, pero también hay otros detalles del coche que aún no comprendemos. Necesitamos comprender el coche". Y una cita como la de Imola, con carrera al sprint y menos tiempo de entrenamientos, no ayudará a Mercedes. "El centro del pelotón es muy compacto y simplemente no somos lo bastante rápidos. Punto final", reconoce Wolf, aunque con plena confianza en su equipo, que conseguirá revertir la dramática situación con la que han inicio esta nueva era de la F1. Por ello, manda un aviso a sus rivales y recuerda que el W13 "es mismo que ha ganado trece títulos, por más que alguno piense que nos ha debilitado". Red Bull ya toma nota.

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