Modric, blanco para siempre

El Real Madrid pacta con el centrocampista croata su continuidad hasta 2023, con opción a un año más. Cuando deje el fútbol, el club blanco le abre las puertas en la estructura deportiva.

Tomás Roncero
As
Es la mejor noticia que podría leer ahora el madridismo, aparte del esperado alirón liguero de mañana en el Bernabéu y la soñada remontada ante el City de Guardiola (próximo miércoles, 21:00 horas). Luka Modric, 36 años, ya ha acordado con el club la renovación de su contrato hasta el año 2023. Además y según pudo saber AS, tras la reunión mantenida recientemente entre ambas partes se aseguró la opción de darle un año más según unos parámetros de rendimiento del croata.

Es decir, si Luka firmase la próxima temporada un curso con un rendimiento similar al actual, más brillante imposible (38 partidos, 3 goles, 9 asistencias), Modric seguiría automáticamente otro año más, hasta 2024. Incluso, en ese acuerdo cerrado entre jugador y club se ha previsto la posibilidad de que cuando Modric decida colgar las botas ("mientras que el físico me dé no me importaría jugar hasta los 40 años", afirmó recientemente en el Diario AS tras anunciar su involucración con la red social deportiva Sportening) pase a engrosar la estructura de la dirección deportiva en la responsabilidad que mejor se adapte a su gusto y su compromiso, dado que es un gran apasionado y analista del fútbol internacional.

Un acuerdo que deja tranquilo al 10 blanco, cuyo sueño era seguir jugando aquí en el futuro y flamante Bernabéu en un año tan especial al ser el capitán con Croacia en el Mundial de Qatar en este próximo otoño. Él se siente todavía con energía y motivación a raudales. Por eso, así verá cumplido su deseo de seguir desarrollando su carrera profesional en el Bernabéu "hasta que el cuerpo aguante".

AS puede asegurar que el gran sueño profesional de Modric es retirarse del fútbol en activo en el Madrid. Por eso sigue cuidándose de forma casi fanática, hasta el punto de ser un referente para jugadores como Camavinga o Fede Valverde, que luchan por buscar un hueco en esa medular de época que el croata ha completado y completa con Casemiro y Kroos.

En la decisión del club ha influido mucho la opinión de Ancelotti (para el italiano, Luka es insustituible en estos momentos) y del Bernabéu, dado que las ovaciones cerradas y los cánticos coreando su nombre han sido habituales en los grandes partidos de esta temporada (Atlético, PSG, Chelsea...).

La amenaza de Modric para jugar en el Madrid

El caso es que Modric, como quien no quiere la cosa, ya acumula 430 partidos con la camiseta blanca desde que fichó en 2012 por 35 millones de euros, gracias a la presión ejercida por José Mourinho para contratarlo del Tottenham. Al final, ese precio ha resultado una ganga para un jugador titular en las cuatro Champions ganadas de 2014 a 2018 y que ya acumula 430 partidos, 31 goles y 70 asistencias en su mochila madridista. Poca gente sabe el esfuerzo que hizo el croata por venir al Madrid.

Daniel Levy, presidente del club londinense, le había prometido desde el verano de 2011 que si en 2012 se reiteraba el interés del Madrid le vendería para que pudiera irse al equipo de sus sueños. Pero llegó el momento y al no cumplir su palabra, Modric decidió entrenarse en solitario hasta que el presidente cumpliese lo dicho. André Villas-Boas, técnico portugués de los Spurs, habló con él y le dijo que le entendía aunque fuese una avería para su proyecto deportivo. Modric, con solo 26 años, llegó a plantearse un dilema terrible: "O me dejáis irme ahora al Madrid o dejo el fútbol".

Ahora, su renovación será recibida con júbilo en el vestuario de Valdebebas, donde Luka tiene un ascendente cada vez mayor. Más todavía tras la marcha de Sergio Ramos al PSG el pasado verano, dado que ese liderazgo que ejercía el camero lo tiene ahora Modric, pero con un perfil mucho más sereno y dialogante con sus compañeros de viaje. Luka es querido en la caseta, aún más en la grada y en la planta noble del Bernabéu. No se puede pedir más. Modric para siempre.

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