Mariúpol resiste ataque de tropas y continuos bombardeos de Rusia
Esta información no ha podido ser corroborada por una fuente independiente.
Azovstal
Las zonas donde se concentran los combatientes ucranianos —empezando por la zona del complejo metalúrgico de Azovstal— “están sometidas a un intenso bombardeo, pero las defensas resisten”, continuó.
“Hay algunos barrios donde continúan los enfrentamientos callejeros”, añadió, sin dar más detalles. “No podemos decir que los rusos los controlan”.
La semana pasada, el ministerio de Defensa ruso dijo que unos mil soldados ucranianos se habían rendido en Mariúpol. Pero varios centenares más, según los separatistas prorrusos, siguen atrincherados en la enorme fábrica de Azovstal, donde oponen una feroz resistencia.
“Al menos mil civiles, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, se encuentran también en los refugios subterráneos de la fábrica, según informó ayer la municipalidad de Mariúpol en Telegram.
Otro ultimátum
Rusia llamó ayer al ejército ucraniano a que “deponga las armas” y a quienes siguen en Mariúpol a que cesen su “resistencia sin sentido”, 24 horas después de haberles dado un ultimátum que no fue atendido.
La toma de Mariúpol permitiría a los rusos consolidar sus ganancias territoriales costeras a lo largo del Mar de Azov, uniendo la región de Dombás, controlada en parte por los separatistas prorrusos, con Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
Gran batalla
En Moscú, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó ayer que la siguiente fase de la campaña militar de Rusia en Ucrania ha comenzado, centrada en la “liberación completa” de las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk.
“La operación en el este de Ucrania tiene como objetivo, como ya se anunció, la liberación completa de las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Esta operación continuará, la siguiente fase de esta operación especial está comenzando”, dijo en una entrevista con la cadena de televisión India Today, difundida por su departamento.
“Y, me parece, ahora será un momento importante en esta operación especial”, añadió Lavrov, el primer alto cargo de Rusia que confirma públicamente que la gran batalla de Rusia por el Dombás ha comenzado.
Lavrov sostuvo que Ucrania no supo “valorar” la retirara de las tropas rusas hace tres semanas de las regiones de Kiev y Chernígov, en el norte del país, y de la región de Sumi, en el noreste.
“Dijimos que dado que creemos que (los ucranianos) han sometido a consideración lo que podría constituir la base de un acuerdo, nosotros, como un gesto de buena voluntad cambiamos la configuración en las regiones de Chernígov y Kiev, pero esto no fue apreciado, sino que se organizó de inmediato Bucha”, dijo.
Bucha
Lavrov se refería así a la matanza de civiles descubierta en Bucha tras la retirada de las tropas rusas de la región de Kiev, de la que Ucrania y Occidente acusan a Rusia, que a su vez califica lo ocurrido como una “escenificación”.
El ministro de Exteriores aseguró que Rusia “no descansará hasta establecer la verdad” de lo que ocurrió en Bucha.
Lavrov sostuvo que “este complot” se desarrolló de la misma manera que el “de los Skripal, Litvinenko y Navalni y el Boeing de Malaysia Airlines”, en referencia al envenenamiento o intentos de envenenamiento de dos exespías rusos y el opositor Alexéi Navalni, de los que Occidente acusa a Rusia, además del derribo del vuelo MH-17 en el este de Ucrania por un misil BUK que pertenecía a ese país.
Una planta siderúrgica es el último bastión de combatientes ucranianos
Mariúpol vive horas determinantes. El hecho de que la ciudad caiga o no bajo el control de Rusia está limitado al último bastión ucraniano que queda en el lugar
Los combatientes ucranianos están refugiados en la enorme planta siderúrgica de Azovstal, en el medio de la destrozada ciudad, que se ha convertido en el último foco de resistencia de Mariúpol. La toma de la planta por las fuerzas rusas significaría la caída de la ciudad y una enorme victoria para Moscú.
En una entrevista con la cadena estadounidense ABC, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, dijo que los defensores de la ciudad lucharán contra las fuerzas rusas hasta el final; esto pese a que el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que Rusia eligió arrasar a Mariúpol hasta los cimientos.
“La ciudad todavía no ha caído”, dijo Andryushchenko. “Todavía están nuestras fuerzas militares, nuestros soldados, por lo que lucharán hasta el final. Y por ahora, todavía están en Mariúpol”.
En un informe de inteligencia divulgado el lunes, el Ministerio de Defensa británico dijo que “los comandantes rusos estarán preocupados por el tiempo que les está tomando vencer a Mariúpol. La resistencia concertada de los ucranianos está probando con dureza a las fuerzas rusas y obligándolas a que desvíen hombres y material, haciendo lento su avance en otros lugares”.