Los supercelulares del futuro y su anunciado reemplazante

Tecnología, EFE 
Tras lo que ha sido definido como un estancamiento creativo en la industria de los teléfonos móviles, algunos fabricantes y universidades están intentando extender las fronteras tecnológicas a niveles revolucionarios. Esos esfuerzos permiten bosquejar no sólo lo que se quiere que sean los teléfonos inteligentes del futuro, sino los proyectos que apuestan a reemplazarlos. De principio, a no soñar tanto. Los expertos prevén que en los próximos cinco años los teléfonos probablemente no serán tan diferentes a los del presente. Eso no quita que se anuncien para ese plazo cambios importantes en el aspecto y el uso. Cambios que, además, se convertirán en el umbral de las grandes revoluciones en esta área. 

Por ejemplo, como que ya madura la hora de las pantallas maleables o flexibles, muy durables y hasta irrompibles. Sí, las pantallas plegables ya están próximas a la realidad. Samsung, Royole Corporation y Huawei ya exhibieron sus versiones más elementales, consideradas como prototipos. Entonces se va procediendo a refinar la tecnología. 

Por ello, la idea que cobra impulso es que en lugar de pantallas plegables surjan las pantallas enrollables. Y el paso está dado. Un equipo de investigadores de la Universidad de Queen en Ontario, Canadá, creó MagicScroll, un pergamino táctil y enrollable compuesto por una pantalla touch flexible de 7.5” con resolución a 2K. El mecanismo consta de dos ruedas giratorias en cada extremo que permiten desplazarse.

Pantallas irrompibles


En la aspiración al soporte ideal también se halla siempre presente el teléfono irrompible. Desde fundas hasta vidrios adicionales de protección fallan al momento de una caída en el ángulo incorrecto. Las compañías han dado pasos significativos para aumentar la durabilidad de sus teléfonos. Ya en julio de 2018, Underwriters Laboratories lanzó la primera pantalla del teléfono inteligente “irrompible”, desarrollada recientemente para la marca Samsung. Esta pantalla está hecha de un panel OLED con una capa de plástico fortificado en la parte superior. Simplemente se flexiona bajo impacto en lugar de romperse. 

Pero se busca aún más y más avances como los teléfonos modulares cuyas partes serán permanentemente actualizables, de acuerdo a los avances de la tecnología en cada componente. Asimismo, ya se han empezado a trabajar ejemplares de teléfonos celulares cuyos cuerpos sean traslúcidos, es decir, casi transparentes. Algo que en 2020 empezó a hacerse realidad para Samsung, empresa que patentó un aparato de aspiraciones invisibles en reposo y visible sólo en su simple activación de tablero, también bajo una tecnología OLED.

Asimismo, están en estudio los aparatos ecológicos tanto en lo referido a la carga, basada en la asimilación de energía solar, como en los materiales, que se quiere lograr sean cien por cien biodegradables. 

Carga ecológica

Ese estilo de aparatos parece ya tener sus primeros representantes, sobre todo, en el área de la energía. Ya en la feria comercial Mobile World Congress de 2016, Kyocera presentó un prototipo alimentado por energía solar, y su versión comercial parece no hallarse muy lejos de ser presentada. Pero, por su propia admisión, la tecnología no reemplazará la necesidad de un cargador de pared en el corto plazo.

Este teléfono fue diseñado principalmente para usuarios que trabajan al aire libre, así como para cualquier persona que probablemente esté lejos de una fuente de energía durante un período prolongado de tiempo, como campistas o esquiadores.

Otro concepto de teléfono que promete una alternativa ecológica a la carga eléctrica es el prototipo móvil mecánico de Mikhail Stawsky. A diferencia de los prototipos de energía solar, el móvil mecánico funciona con energía cinética. Vale decir que el usuario carga una especie de dínamo incorporado al cuerpo del aparato haciéndolo girar con sus dedos durante algunos minutos. Las opciones parecen cada vez más abiertas. 

Otro salto que ya se ensaya y con cada vez mayor atención constituye algo visto en diversas películas futuristas: las pantallas holográficas. Los teléfonos holográficos algún día podrían ser una realidad. Especialmente si el prototipo de Holoflex exhibido por investigadores de la Universidad de Queen en Canadá es algo a lo que se pueda hacer referencia.

Hologramas

Como su nombre indica, el HoloFlex es holográfico y flexible, lo que permite a los usuarios doblar el teléfono para ver la pantalla 3D desde diferentes ángulos e interactuar con las imágenes en pantalla. Promocionado como el primer teléfono inteligente holográfico y flexible del mundo, el HoloFlex todavía está en desarrollo y no estará disponible en el corto plazo.

Todo eso para los siguientes tres, cinco o 10 años, porque para más adelante parece estar anunciada la revolución del soporte móvil en sí misma. 

Control mental doble

El avance de la IA en los teléfonos está asociado a los asistentes digitales. El objetivo a corto plazo es adelantarse al usuario en sus decisiones. Un ejemplo cotidiano de este avance lo ofrece Google Maps, que sin que nadie le haya indicado el horario, notifica sobre el caudal de tránsito que espera para ir o volver del trabajo. Pero esto es apenas el principio.

Los teléfonos Huawei, que vienen con un chip exclusivo de IA, están intentando detectar las emociones del usuario a través del reconocimiento facial y el tono de voz. Si el software percibe algún signo de tristeza, intentará escoger música que mejore el estado anímico y filtrará cualquier información negativa.

A mediano plazo, la intención es que uno pueda conversar con estos asistentes como si fuera un yo digital. Así, se le podrán pedir sugerencias sobre el vestuario apropiado para salir a la calle, consejos sobre un conflicto personal y ayuda para tomar una decisión. La voz metalizada comienza a ser remplazada por una modulación humana con cambios de entonación.

Pero así como el asesor celular podrá tomarse la vida del usuario como preocupación propia, éste también podrá recordarle quién manda en la ciberrelación. Ahí viene, aunque ya más allá del plazo de los siete a 10 años, el proyecto del control mental. Está basado en la idea del Neuralink, la ambiciosa compañía de interfaz cerebro-computadora de Elon Musk. Este tipo de desarrollo no es ajeno al mundo de los teléfonos inteligentes, que son los primeros llamados a implementar el control de dispositivos usando sólo la mente.

El control mental le permitirá a los celulares del futuro realizar todas las tareas que se puede hacer mediante el tacto o la voz usando sólo la mente. Con sólo pensarlo se podrá editar imágenes, reproducir música, jugar juegos futuristas y muchas otras cosas. Si este avance lograra darse, podría considerarse en el corto tiempo como uno de los 10 artefactos tecnológicos más revolucionarios de la historia.

¿Parte de nuestro cuerpo?

Y justamente en ese escenario de las revoluciones es donde se abre el gran salto del relevo más trascendental del aparatito que llevan casi inseparablemente la mayoría de las personas del planeta desde hace varias décadas. No hace falta viajar en el tiempo para imaginar que, tarde o temprano, el cuerpo podría convertirse en un receptor móvil. A medida que el hardware se miniaturiza, la posibilidad de un implante biológico permanente aumenta.

Actualmente ya hay personas que deciden implantar un chip en su mano para guardar información confidencial o abrir puertas o cerraduras que utilizan esta tecnología. El inconveniente es que todavía se precisa una aplicación del teléfono para que funcione como intermediario. Pero se supone que en el futuro eso ya no será necesario.

Un grupo de biotecnólogos dio con una fórmula que permite utilizar componentes biológicos para ensamblar un procesador central flexible, que acepta diferentes tipos de programación. Para construir esta unidad central de procesamiento (CPU), el equipo dirigido por Martin Fussenegger, profesor de Biotecnología y Bioingeniería en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Biosistemas en ETH Zurich en Basilea, recurrió al sistema CRISPR-Cas9 para trabajar con tantas entradas como se desee en forma de moléculas de ARN. Su próximo objetivo es integrar una estructura de computadora multinúcleo en una célula. “Esto tendría incluso más poder de cómputo que la estructura de doble núcleo actual”, sostiene. 

La idea también circula en otros ámbitos y ejecutivos de Microsoft. Por ejemplo, formularon hace algunas semanas la idea de que el nuevo soporte sea la piel para un sofisticado equipo que sería implementado a manera de sencillo y arbitrario tatuaje. 

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