Las claves tácticas del Mánchester City-Real Madrid: el nueve sorpresa de Guardiola, Ancelotti vuelve loco a Modric...

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El Mánchester City-Real Madrid dejó, como era de esperar, un partido espectacular en el Etihad, con muchos goles, acciones técnicas de máximo nivel y un sinfin de matices tácticos que explican, en parte, el triunfo de los de Guardiola sobre un Madrid que, sin tener su mejor noche, salió vivo para el encuentro del Bernabéu. Y allí a las cuestiones tácticas habrá que sumar el factor emocional.

Hubo muchos detalles y nombres propios que destacar: el excelso partido de Gabriel Jesús, el poder de desequilibrio de Benzema, la mala noche de Alaba y Militao... pero nosotros hemos querido destacar estos.

El delantero sorpresa de Guardiola era Kevin De Bruyne

A Guardiola siempre le acompaña la leyenda de sus innovaciones en la posición de nueve, o en la resolución táctica de desconcertar a la defensa rival sin un '9' fijo. En el primer asalto de la semifinal, ese delantero improvisado fue Kevin De Bruyne. Siempre apareció junto a Gabriel Jesús como pareja de ataque. Tirado al costado izquierdo, donde Carvajal no pudo sujetarlo. Se esperaba por ahí a Foden pero el que apareció fue el belga, indetectable por la zaga del Madrid. Prueba de ello fue el primer gol, pero casi en cada jugada de ataque del City se le vio como referencia sorpresa para los de Guardiola.

Se movió por todo el frente de ataque pero buscó ese carril con Rodrygo y Carvajal con mayor frecuencia. Sabía que ahí la vigilancia sería menor. Además, esa posición adelantada permitía que Gabriel Jesús contase con un asistente de lujo cuando el City recuperaba e iniciaba el contragolpe. Y así nació el segundo tanto de los 'skyblue'.

Modric, desconectado como mediapunta, rectificó su posición

Entre los muchos detalles que no funcionaron en el Madrid en su visita al Etihad estuvo el peso de Luka Modric en el partido. Y su desconexión por momentos tuvo que ver con su posicionamiento en la construcción de la jugada del Madrid, especialmente en el primer tiempo. Kroos, como es habitual, se incrustó casi como tercer central pero el croata se apagó en una zona demasiado adelantada, alejado del juego por la habilidad del City para tapar la línea de pase con su presión.

El resultado fue un Modric intermitente, sin apenas incidencia en el juego hasta que el croata retrasó su posición. Con un City monopolizando la posesión, el Madrid no supo encontrar en sus rápidas transiciones y tampoco en estático a su jugador más inspirado para ofrecer ese último pase diferencial, por lo que tras el paso por vestuarios vimos más a un Modric generador en el inicio de la jugada que decisivo en el último pase. Circunstacia que volvió a virar con la entrada de Camavinga.

El balón siempre quiso a Rodrigo

El despliegue posicional del centrocampista español fue un escándalo. Siempre apareció como apoyo del compañero ofreciendo una línea de pase. Siempre o casi siempre inicio con criterio previo desmarque para recibir con comodidad. El Madrid nunca pudo ahogar en la presión porque Rodri daba salida una y otra vez ocupando el espacio libre.

Pero su inteligencia táctica fue más allá de su juego de posición con balón. Parecía tener un imán para atraer el balón en la segunda jugada. Cuando hubo un balón suelto, un rechace o una acción dividida en la medular, el balón siempre acabó en los pies del centrocampista del City. Garantía de posesión, fiabilidad máxima.

Benzema siempre es una solución

Más allá de su calidad y su pegada, ahora mismo lejos de la que pueda ofrecer cualquier otro jugador, la influencia de Benzema en el juego es tremenda. No descubrimos nada cuando apuntamos que en el Etihad se movió por todo el frente de ataque, retrasó su posición para ayudar en la salida de balón y sirvió de enganche en zonas intermedias para dar el último pase.

Fue una ayuda constante en los momentos de mayor ahogo blanco con balón. Dos goles, sensación de amenaza constante y solidario. Tácticamente ofrece, como siempre infinidad de soluciones.

Bernardo Silva, el chico para todo

El portugués es una bendición para el estilo Guardiola. El técnico catalán utiliza su seguridad con el balón para situarlo de segundo pivote en el inicio de la jugada, especialmente cuando sabe que el rival adelanta la línea de presión. Lo hizo en Premier ante el Liverpool y lo repitió en distintas fases del partido ante el Real Madrid.

La aportación del luso, más allá de esa oferta posicional que oxigena la salida de balón, ocupa también un lugar destacado en el plano ofensivo. Se descuelga hacia banda derecha para generar superioridad con Mahrez y aparece en la posición de mediapunta, como en la acción del cuarto gol. Bernardo es así, sirve para todo.

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