Estudiantes. El equipo más goleador lanza un mensaje desafiante: ya no lucha contra la etiqueta del “antifútbol”
Líder en el certamen local y en la Libertadores, el León representa la filosofía histórica, con un poder ofensivo tremendo; un símbolo de la lucha de ideologías
La identidad de uno de los grandes de nuestro fútbol, reflejada por un símbolo, en la web oficial, más allá de Old Trafford, el campeón del mundo y tantas vueltas olímpicas. Desde Los Profesores a hoy, Estudiantes incomoda a nuestro fútbol. Lo interpela. En su breve paso por el ascenso (una revolución liderada por Juan Sebastián Verón, Rubén Capria, José Luis Calderón y un joven Martín Palermo) hasta forzar al límite al mejor Barcelona de Leo Messi (una obra de Alejandro Sabella), Estudiantes lleva el pizarrón y la leyenda sobre sus hombros. Ocurre ahora, una vez más.
El León es el equipo más goleador de la Copa de la Liga, con 30 gritos. En su zona, el que más se le acerca es Godoy Cruz, con 19. En el otro grupo, Racing y Defensa, con 23. Tiene al goleador del certamen, Mauro Boselli, con 9 (solo uno de penal) y, entre los diez primeros, está Leandro Díaz, con 6. Es el líder de la Zona 2, con 25 puntos, el primer clasificado para los cuartos de final. En la Copa Libertadores, lidera el Grupo C, con 7 puntos y 6 tantos convertidos: es el club argentino que más convirtió. Agustín Rogel, con 4, es el segundo artillero de la competencia, detrás de Rafael Navarro, de Palmeiras, con 6.
Rogel es un zaguero duro, bravío. “Estudiantes se ganó un lugar en el fútbol argentino a base de rendimientos y de resultados. Por ahí hay gente que nos puede criticar, que dice que somos un equipo antifútbol. Pero hemos dado una muestra de lo que podemos a través de resultados. Somos conscientes de nuestras virtudes y de nuestros defectos. A partir de eso nos hacemos fuertes. Cada uno puede tener sus gustos, pero las cosas hay que plasmarlas con hechos. Nuestra forma de jugar por ahí no es la más vistosa. No hacemos 30 pases seguidos, pero tratamos de ser directos y de llegar al arco lo más rápido posible para hacer daño. Y lo logramos”, le contó a TNT Sports.
Como si hubiese un paradigma de buenos y malos, audaces y conservadores, a esta altura de la historia, Estudiantes se ríe del palabrerío de especialistas y de las ironías de las redes sociales. Un par de meses atrás, Sebastián Verón celebraba una ampliación del moderno estadio Uno: “Para 2500 más que les gusta el antifútbol”. De atrás hacia adelante: Andújar, a los 38, es un símbolo, más allá de los guantes. Zuqui-Corcho Rodríguez, tal vez, es el mejor doble cinco de nuestro fútbol, Del Prete tira magia, Boselli es sinónimo del gol. Y la sangre joven Pincha: Franco Zapiola, a los 21, entre gambetas y Bautista Kociubinski, de la misma edad, el alumno que se queda después de hora afinando la puntería en los tiros libres.
El 6 a 1 sobre Barracas Central
Del estilo, Boselli evita la polémica. “Va en cada uno como lo tome y cuánto o no le afecte. Trato de mirar nuestro trabajo y los resultados. Después están ustedes (los periodistas) para debatir si estamos bien o mal, si jugamos bien o mal. La idea nuestra es ir creciendo como grupo y equipo y plasmarlo dentro de la cancha con resultados”, advierte uno de los campeones de 2009.
Ricardo Zielinski es un admirador de Carlos Bilardo largos años antes de aterrizar en City Bell. La lucha de las ideologías no lo cansa del todo, a los 62 años. Cuando sale del laboratorio, se mete en el barro: “Quizás alguno habla difícil o porque se hacen los líricos, pero acá nadie es lírico. Todos defienden con la misma cantidad de jugadores y todos atacan con los que pueden. Así que hay mucho verso en el fútbol argentino y a mí no me gusta estar en ese espacio”.
En una charla con Infocielo, argumentaba: “Queda lindo hacerse el difícil y el distinto cuando realmente dentro del campo de juego el equipo lo demuestra. Ahora, si tirás todos pelotazos, no es así... Pero bueno, el discurso a veces es más importante de lo que se ve en la cancha. Nosotros somos un equipo que se basa en el conjunto y no en lo individual. Y que tenemos lo que tenemos. En algunos partidos merecimos ganar y no pudimos y en otros nos llevamos algo más de lo que debíamos. Pero soy de los que piensan que, a la larga, en el campeonato tenés lo que te merecés. Siempre hay partidos que compensan a otros. Y la tabla final te demuestra qué efectivo fuiste y cuáles fueron tus defectos”.
El 2 a 0 sobre Bragantino
Este viernes, se cita con el Aldosivi de Martín Palermo, entrenador del futuro, seguramente. En su última tarea, en la que superó sin contratiempos a Bragantino, una revelación en Brasil, solo dispuso del 37 por ciento de la posesión, aunque contó con 18 remates al arco, contra 8 de su adversario. La atmósfera que se vive en 1 y 57 es distinta a la demás: no se puede comparar ni con la Bombonera ni con el Monumental.
“Rescato que el equipo siempre quiere ganar. Me saco el sombrero por este grupo”. El Ruso defiende a capa y espada la historia del León. Una leyenda maravillosamente incómoda.