El goleador que regaló Independiente: no para de anotar y ya ganó dos títulos
Silvio Romero levantó su segundo trofeo en dos meses para Fortaleza; qué hubo detrás de su ida del Rojo
En cuanto a lo futbolístico, con un mediocre andar en el torneo doméstico y una Copa Sudamericana que parece una utopía, teniendo en cuenta el rendimiento de los dirigidos por Eduardo Domínguez, una de las razones concretas que se le achacan a la gestión Moyano –entre tantos desaciertos- es la descapitalización que ha venido sufriendo el plantel sobre todo en los últimos dos años. Un vaciamiento de figuras y jerarquía que sumó un nuevo capítulo el último verano, cuando por las urgencias económicas y los malos manejos se fueron las tres figuras más importantes: Bustos, libre a Inter de Porto Alegre (con un mínimo resarcimiento), Alan Velasco, vendido a Dallas por 7 millones de dólares (cifra baja si se tiene en cuenta el potencial del futbolista de 19 años), y Silvio Romero, el goleador del equipo, que fue prestado a Fortaleza a cambio de 120.000 dólares. Situación que indefectiblemente parece que se repetirá a mitad de año, cuando venzan los contratos de Domingo Blanco, Andrés Roa y Carlos Benavídez, con quienes se sigue negociando aunque en medio de un panorama muy pesimista: el altísima la posibilidad de que los tres queden en libertad de acción sin que al club de Avellaneda le entre un solo peso.
El caso de Silvio Romero es un paradigma de los desmanejos dirigenciales de Independiente de los últimos años: por tener un contrato altísimo, que no podían cumplir, debieron desprenderse del máximo goleador de las dos gestiones de Hugo Moyano al frente del club: 51 goles en 116 partidos, durante los cuatro años que vistió la camiseta roja, que se puso por primera vez en enero de 2019, cuando llegó de América de México a cambio de 4,2 millones de dólares (dinero que no se pagó y que en cada mercado de pases le representa a Independiente un gran dolor de cabeza, con peligro de inhibiciones).
Romero llegó en el verano a Fortaleza, equipo del norte de Brasil que es dirigido por el argentino Juan Pablo Vojvoda y que en los últimos años ha ganado algo de notoriedad gracias a su participación en copas internacionales. Por caso, este año participa de la Libertadores, donde integra el mismo grupo que River.
Romero, de 33 años, empezó alternando la titularidad, pero poco a poco se va afianzando a fuerza de goles. Ya lleva 7 tantos (con un promedio de casi uno por partido) y ya levantó dos copas: a principios de este mes obtuvo la Copa Nordeste al vencer a Sport por 1 a 0 y ayer levantó el trofeo del campeonato cearense, al golear por 4 a 0 a Caucaia en la final (el argentino anotó el primer tanto).
“Veníamos de cuatro años con un desgaste un poco mayor a lo normal. Y familiarmente lo necesitaba, todos saben los problemas que acarreamos. Llegó esta oportunidad y nos pusimos de acuerdo. Fue más una decisión mía que de la dirigencia o del cuerpo técnico o de Daniel Montenegro, quien quería que me quedara. Pero yo les expliqué mi situación extrafutbolística”, dijo Romero en su momento, cuando su salida de Independiente ya era un hecho. La situación extrafutbolística a la que se refiere Romero es un combo: el desgaste en su relación con los dirigentes, los cuestionamientos que sufría por parte de muchos hinchas que consideraban que su estado físico no era el ideal y los idas y vueltas en las redes sociales donde su esposa era participante activa, al tiempo que significó un cambio de aire también para su hijo más pequeño, afectado por una enfermedad congénita.
En aquella entrevista con TyC Sports, Romero ahondó un poco más: “No fue tanto lo económico porque eso se fue acomodando bien, mal o regular. Siempre el club trató de cumplir, entendiendo que hay una pandemia de por medio. Fueron cosas del día a día que esperemos que se mejoren con la llegada del Rolfi (Montenegro). Por ahí son cuestiones simples que a la larga se hacen más complejas si no se las atiende”.
Romero llegó a principios de 2018 por un pedido expreso del entonces entrenador rojo, Ariel Holan. Desde entonces solo pudo cosechar un título: la Copa Suruga Bank ese mismo año. En 2020, con la llegada de Lucas Pusineri a la dirección técnica, Romero pasó a ser el capitán del equipo.