El día que el VAR intervino para avisarle al árbitro que el partido “no había terminado”
Ganó el Tatengue por el gol de penal de Gastón González, pero en Santa Fe todos hablaron del insólito error del juez Fernando Rapallini; el sistema de video también tomó partido para el tiro desde los doce pasos
Pero esa no fue la única decisión saliente del VAR. En el primer cuarto de hora del complemento, Fernández cruzó a Luna Diale en el área, Fernando Rapallini, el árbitro, hizo señas que no ocurrió nada y autorizó que el juego continuara. Pero desde los que controlan el VAR lo convocaron y debió modificar su decisión. Con el penal que convirtió Gastón González, el tatengue le ganó a Newell’s de Rosario por 1 a 0.
Esa decisión que el VAR hizo modificar la postura del árbitro, más allá del error de finalizar el cotejo antes del tiempo que él mismo había adicionado, en términos generales fue lo más destacado de la tarde en el “15 de Abril”. El resto, el cotejo –por momentos muy pobre- no logró entusiasmar a nadie, aunque para Unión la victoria es importante. Se recuperó del resultado adverso después del 1 a 2 frente a Patronato, un empate en el inicio de la Copa Sudamericana, y otro empate en el clásico. En cambio, Newell’s cortó la racha de cinco partidos sin derrotas.
Pese a que el tatengue jugará el martes en Bolivia frente a Oriente Petrolero, por la segunda fecha clasificatoria de la Sudamericana, el técnico Gustavo Munúa decidió utilizar a la mayoría de los titulares. Solo implementó dos variantes con respecto al que equipo salió desde el minuto inicial contra los colombianos de Junior: Polenta por Britez en defensa y Luna Diale por Peralta Bauer en la ofensiva.
La etapa inicial tuvo mediocridad en el juego, que neutralizó las pocas ideas que ambos equipos podían mostrar. Las intenciones de un fútbol aguerrido se diluyeron más por errores que por aciertos. Eso fue evidente en la mayor parte del período, con el escaso trabajo de los arqueros porque los delanteros dependían más de los errores de los defensores rivales que por la suma de aciertos que pudieran lograr sus compañeros.
Como viene sucediendo en las últimas fechas, Unión insinuó más de lo que pudo concretar. Esta vez, ese mediocampo atildado que suele tener paciencia para generar las posibilidades de acciones concretas ante el arco rival, se perdió en la intrascendencia porque se dedicó más a romper que a crear.
Ejemplos sobran: Machuca sigue siendo intermitente, y lo que produce no alcanza; Gastón González se enreda con la aceleración que le coloca a su juego (tampoco suma), y Luna Diale y Gallegos todavía parecen estar en otra sintonía a la que pretende Munúa.
Lo mejor del partido
Newell’s también fue un equipo que se esmeró en mostrarse ofensivo y salvo algunos desbordes por izquierda, con Pérez como el más criterioso, Castro y García perdieron más de lo que ganaron frente a los defensores tatengues. Garro, Castro fueron más claros del esquema visitante para ubicar a sus compañeros más cerca de Mele. Pero con todo eso, solo redondearon una etapa inicial deslucida, con muchas variables para el bostezo.
El complemento fue tanto o más deslucido. Salvo el penal, a instancia del VAR, con el que Unión se llevó la victoria, se repartieron más defectos que virtudes. Unión cumplió; para Newell’s fue un retroceso, mostró muchas debilidades en todas sus líneas.