De Bruyne, el chico de los goles de oro

 Marcó el gol de la victoria del Manchester City frente al Atlético de Madrid, otro tanto crucial del belga para los celestes en la Liga de Campeones.

Xavi Heras
As
Los grandes jugadores aparecen en los grandes partidos. En Manchester, por lo menos en el lado celeste de la ciudad, no los hay más grande ni más determinantes que Kevin De Bruyne. Llegó al Etihad en 2015, y ya en su primera campaña continental consiguió dos goles que quedarán en el recuerdo de la hinchada celeste. Su primer tanto con su nuevo equipo en la Champions League fue un zurdazo en el último minuto para ganar al Sevilla. No fue su mejor tanto, solo el primero. Marcó la tónica de lo que vendría siendo habitual en el plano continental: sus goles decisivos.


Esa misma campaña, la 2015-16, el City alcanzó las primeras semifinales de Liga de Campeones de su historia. La contribución del centrocampista fue crucial. Marcó en el Parque de los Príncipes y luego logró el tanto definitivo en el Etihad para superar al París Saint-Germain. Recibió, buscó el hueco y mando el esférico colocado junto al poste para el delirio de la afición local.

Crecía el Manchester City, que se midió al Barcelona en el primer curso de Pep Guardiola en Inglaterra. Una prueba de madurez para el proyecto cityzen. De nuevo desde fuera del área, pero en esta ocasión con un libre directo, De Bruyne puso a los mancunianos por delante. Fue una victoria importante en una campaña decepcionante. Aunque el City terminó cayendo en los octavos de final frente al Mónaco, los celestes parecían acomodarse entre la élite continental. Buena prueba de ello fue la victoria en el Santiago Bernabéu hace dos temporadas. Fue el último encuentro antes de que la irrupción del COVID-19 desestabilizase la competición, el fútbol y la vida en general. En aquella noche de marzo de 2020, De Bruyne lució el brazalete de capitán en una remontada memorable de un City que confirmó su pase a los cuartos de final. Allá cayeron por sorpresa ante el Olympique de Lyon.

Volvieron a intentarlo los celestes la pasada campaña. De nuevo con Guardiola en el banquillo y con De Bruyne como principal estrella sobre el césped. El City dio un paso más allá y alcanzó la primera final de la Champions League de su historia. Para llegar a Oporto, los mancunianos tuvieron que superar al Borussia Dortmund y al París Saint-Germain. De Bruyne abrió la lata ante los alemanes e igualó la ida en Francia. Actuaciones determinantes y goles de oro. Como el logrado frente al Atlético de Madrid en la ida de los cuartos de final el martes por la noche. Un tanto que da una ventaja mínima a los celestes, que visitarán el Wanda Metropolitano la próxima semana.


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