Darío Benedetto: por qué se siente en deuda con Boca y cómo y cuándo podría saldarla
El delantero anotó tres goles desde su regreso de Europa, pero molestias físicas le impidieron afianzarse en el puesto; este martes, ante Always Ready tendrá la gran oportunidad para reencontrarse con la red
Pero el asunto va más allá de la fría estadística. Al fin y al cabo, entre el actual 0.43 de promedio y el sorprendente 0.59 (45 tantos en 76 partidos) del pasado hay apenas un gol de distancia.
Lo que ocurre es que, hasta el momento, la presencia del Pipa no le ofrece a Boca las soluciones que esperaba. Las enormes expectativas generadas por su estelar operativo retorno (a lo que había hecho en el club entre 2016 y 2018 se le sumaba su experiencia europea) no tuvieron aun el reflejo esperado en el campo de juego.
Apenas un dato expone esta situación: el partido del martes pasado ante Deportivo Cali, en Colombia, fue el primero en el que Benedetto logró completar los 90 minutos. De los seis anteriores, en cinco fue reemplazado y en el restante (Arsenal) fue suplente e ingresó 12 minutos antes del epílogo.
Asímismo, pasaron 44 días desde su último gol con la camiseta azul y oro (doblete en el 2 a 2 vs. Independiente). Luego llegó la sobrecarga en el músculo peróneo de su pierna derecha, sus ausencias ante Central Córdoba de Rosario, Huracán y Estudiantes, y los 45 minutos ante River en el Monumental. Que fueron para el olvido, luego justificado porque el delantero jugó a pesar de padecer un cuadro febril que le impidió descansar y alimentarse como corresponde en la previa de un partido oficial. Aunque haber jugado en esas condiciones es una responsabilidad compartida con el técnico, Sebastián Battaglia.
Justamente el aspecto físico es el otro asunto que sigue estando en la columna del debe. Benedetto llegó a Boca con una molestia que le impidió despedirse de Elche en el campo de juego. Hizo una pretemporada casi perfecta, en donde contagió entusiasmo y debió controlar su ansiedad por volver a vestir la camiseta xeneize. Pero cuando se metió en el ritmo de competencia, las alarmas se activaron y lo obligaron a poner pausa.
Tras el breve receso tuvo solo 12 minutos de acción en el 2 a 2 ante Arsenal en la Bombonera y los 90 ya citados en el debut copero. Anteayer, frente a Vélez, estuvo entre los suplentes pero no ingresó. De este modo, se lo preservó para que llegue en óptimas condiciones al choque de este martes ante Always Ready, por la Libertadores.
Precisamente la cita por el torneo continental le ofrece al Pipa la posibilidad de redimirse y darse el gusto de jugar y reafirmar sus cualidades. En un contexto normal, el conjunto boliviano aparece como el más débil del Grupo E y Boca, por diferencia de jerarquía, debería sumar los tres puntos en su casa con holgura. Más claro: la de este martes es la noche ideal para que Benedetto se reencuentre con la red.
Porque además hay un plus, que le hace muy bien a Boca: Luis Vázquez demuestra cada vez que tiene su oportunidad que no le pesa nada ser el centrodelantero suplente. Como en las mejores épocas de Ramón Wanchope Ábila, el chico cada vez que juega, convierte. Se repite: eso es una gran noticia para Boca y un desafío para Battaglia, que debe decidir entre la jerarquía del Pipa y la voracidad del juvenil.
En este breve lapso de reencuentro con el tan mentado Mundo Boca, Benedetto se erigió como uno de los referentes del grupo en un contexto muy áspero. Tras la grave falta de respeto de Agustín Almendra a Sebastián Battaglia, en una práctica previa al cruce de Copa Argentina con Central Córdoba de Rosario, y la posterior desafectación del mediocampista, el delantero fue la voz cantante del plantel ante los medios. Y fue durísimo.
“Hay que respetar al entrenador y a los compañeros siempre. Agustín (Almendra) nunca entendió la camiseta que tenía puesta, y con él no hay vuelta atrás”, sentenció el Pipa apenas aterrizó Boca en Córdoba. Y agregó: “Estamos tranquilos. Son cosas que iban a pasar, porque la situación no daba para más. Bancamos a muerte la decisión del entrenador y del Consejo. Es la correcta. Tenemos un grupo humano muy lindo”, cerró.
En los últimos días, él fue parte de la reunión que tuvieron los referentes del plantel con Battaglia y con el Consejo de Fútbol sobre la intención de Almendra de pedir disculpas. Y aunque es posible que ese perdón en algún momento llegue, la postura del DT no se modificará. Y eso es algo que apoya el plantel y que respeta el equipo de trabajo liderado por Juan Román Riquelme.
Un arranque a todo ritmo
Benedetto tuvo un regreso casi soñado. Para la primera fecha de la Copa de la Liga hubo una decisión dirigencial de jugar ante Colón en una Bombonera con el césped remendado. Uno de los principales objetivos de ello fue que sus hinchas vuelvan a ver en el coliseo xeneize al mejor número 9 que tuvo el club desde el retiro de Martín Palermo.
Después de 987 días, el goleador fue recibido con un cariñoso “¡Olé, olé, olé, olé, Pipa, Pipa!”, cuando fue anunciado por la Voz del Estadio. Minutos más tarde, cuando ingresó junto con sus compañeros, levantó las manos para cada costado de la Bombonera mientras se tocaba el corazón.
Apenas 23 minutos tardó en meter un frentazo para volver a inflar la red con la camiseta de Boca. Aunque el empate agónico de Beltrán le dejó un sabor agridulce a él y a todo el pueblo boquense. “El cariño de la gente es hermoso. Todo sigue intacto. Me puso muy contento volver a convertir con esta camiseta. Una lástima el resultado”, resumió entonces.
Luego de auspiciosos tres goles en sus primeros 4 partidos, la pólvora de Darío Benedetto se mojó. Desde entonces, el jugador busca la manera de romper el maleficio lo antes posibles. La de este martes, ante Always Ready y en una Bombonera que ahora sí está en las mejores condiciones. es una posibilidad que el Pipa tendrá que aprovechar.