Cómo es la antigua prisión infestada de insectos y roedores en la que Boris Becker cumplirá su sentencia
Se trata de la cárcel Wandsworth, que fue construida en 1851 y en la actualidad alberga a más de 1.500 reclusos
Según lo informado este sábado por la prensa inglesa, el ex deportista deberá cumplir al menos la mitad de su condena en la prisión de Wandsworth, luego podría pedir libertad condicional. Por estas horas, varios de sus seres de mayor confianza dudan sobre si podrá resistir semejante castigo. “¿Sobrevivirá mentalmente, estando en prisión durante un año y tres meses?”, se preguntó su biógrafo, Christian Schommers, en diálogo con el periódico alemán Bild.
Es que para la leyenda del deporte alemán será un reto vivir los próximos 15 meses (al menos) en una cárcel que fue construida en 1851 y que según los últimos informes no cuenta con las condiciones básicas de salubridad. “En una inspección reciente, la institución fue descrita como ‘desmoronada, superpoblada e infestada de alimañas’”, reveló el sitio Daily Mail.
La prisión supo ser una de las más importantes de Gran Bretaña. Allí se realizaron 135 ejecuciones entre 1878 y 1961, pero con el correr del tiempo el abandono edilicio y el aumento de los reclusos fue haciendo estragos en su estructura por lo que ningún detenido quiere acabar ahí dentro. En la actualidad tiene capacidad para 1.500 reos pero se algunos tabloides informan que hay más de 1.800 ya que salones comunes o incluso los baños originales se han transformado en nuevas celdas para ampliar la capacidad. Esto se llevo a tal extremo que hasta 1996 no había inodoros para los internos.
En 2009 una investigación expuso la mala gestión de los administradores de Wandsworth, quienes llegaron a esconder presos en otras cárceles para ocultar la superpoblación. Por eso, en los últimos años el gobierno británico ha hecho esfuerzos para mejorar la condición humana detrás de las rejas. Pese a esto, un informe de la BBC reveló que por falta de personal y recursos los visitantes no eran obligados a pasar por escáneres corporales, lo cual generó el ingreso desproporcionado de cualquier tipo de droga y disparó el negocio interno de contrabando.
En 2015 hubo seis suicidios en Wandsworth y un libro publicado hace poco tiempo por un ex reo que estuvo allí entre 2016 y 2017 dejó en evidencia que varias de las reformas anunciadas por el gobierno nunca se llevaron adelante.
Chris Arkins, ex documentalista de la BBC que pasó cerca de un año en esta prisión londinense por una causa similar a la de Becker, describió en un artículo que publicó hace algunos años en el sitio Londonist a Wandsworth como un centro “tan peligroso que no era un lugar para albergar con seguridad a adultos, y mucho menos a adolescentes”. “Un niño fue enviado a Wandsworth por robar dulces y quedó tan traumatizado que se ahorcó”, contó.
Becker fue sentenciado a 30 meses de prisión, pero una vez superado los 15 podrá pedir libertad condicional. Declarado en bancarrota en 2017, el ex tenista fue condenado por cargos que incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda.
Durante el proceso, la fiscalía afirmó que el alemán cobró 1,13 millones de euros (USD 1,22 millones) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su “hucha” personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos. “La condena a Boris Becker muestra claramente que la ocultación de activos en el marco de una bancarrota es una infracción grave, ante la cual perseguimos a los que la cometen”, subrayó el director general de Insolvency Service, la agencia gubernamental británica encargada de administrar las bancarrotas.