Clase de urgencia de Guardiola a sus recogepelotas contra el Atleti

Los recogepelotas del Etihad fueron el jugador número 12 del Manchester City en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Xavi Heras

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"Me encanta darle demasiadas vueltas y crear tácticas estúpidas". Pep Guardiola bromeó en la antesala del duelo con el Atlético de Madrid sobre los planteamientos que en el pasado no le dieron buen resultado en la Liga de Campeones. El catalán recibió críticas por le plan de juego ante el Liverpool, Tottenham, Olympique de Lyon y Chelsea en los cuatro últimos cursos europeos. Las derrotas más amargas desde que el ex de Barcelona y Bayern dirige al Manchester City. "Jugaremos con 12", bromeó en la rueda de prensa del lunes. Y avisó. En efecto, hubo un jugador número doce: los recogepelotas del Etihad Stadium.

Al Atlético de Madrid le interesaba que ocurriesen pocas cosas el martes por la noche en Manchester. Desquiciar y frustar a su rival para rematarlo en la vuelta, la semana que viene, en el Metropolitano. Mucho se habló durante la previa del choque, correspondiente a los cuartos de final de la Champions League, de los estilos y las artimañas de ambos entrenadores. La de última de Pep la comunicó el lunes. Por la tarde se reunió con empleados de la cantera para encomendar una tarea a los recogepelotas. Los muchachos, seleccionados de los equipos sub12 y 14, debían estar metidos en el partido. Concentrados.

Saltaban las vallas publicitarias, se mantenían alerta y entregaban la pelota a las manos de los futbolistas con la mayor brevedad posible. En cuanto una salía del rectángulo de juego, otra debía estar llegando a él. Una manera de romper con la pasividad colchonera a la hora de reanudar el partido. Tan eficaz fueron los muchachos que el propio Diego Simeone tuvo que, en un momento de la primera parte, ir él mismo a por un balón y sujetarlo durante unos segundos antes de entregárselo a Reinildo. En la segunda mitad, los futbolistas del Atlético también tomaron medidas al respecto, ralentizando su llegada a la línea de banda para dormir el duelo.