Cinco remates al arco y cuatro goles: la clave del triunfo de un River deslucido e inseguro que sigue en la pelea
La contundencia fue la clave del equipo de Gallardo en el triunfo por 4 a 2 ante un Argentinos Juniors que le complicó las cosas más de la cuenta
Más allá de su rendimiento deslucido en una jornada poco habitual, River tuvo un punto a favor: la eficacia en el área rival para sacar ventaja de las falencias del Bicho y poder llevarse el partido. En un furioso tramo de cuatro minutos, entre los 5 y los 9 de la primera parte, aprovechó dos errores del visitante para ponerse 2-0 con los tantos de Matías Suárez y Enzo Fernández. Y luego, en un momento crítico del encuentro, cuando el resultado ya estaba 2-2 y los ataques del visitante no cesaban, apareció un penal salvador que incluyó la expulsión de Miguel Torrén y que Juanfer Quintero cambió por gol para sentenciar el 3-2 a los 22 minutos de la segunda parte. Finalmente, lo liquidó Andrés Herrera en el cierre tras una gran asistencia de Fernández, la figura del juego que recibió por primera vez una merecida ovación de las cuatro tribunas del estadio.
Esa necesaria efectividad para ganar partidos que se hacen cuesta arriba es el alivio que tiene el equipo de Marcelo Gallardo tras una actuación más que deslucida, con una marcada debilidad defensiva que lo volvió un equipo endeble y poco seguro. Ni en ataque ni en defensa pudo imponer condiciones frente a Argentinos Juniors, que dominó el juego durante 65 minutos desde todo punto de vista: se quedó con la pelota, los tiempos y los espacios. Manejó a su gusto el juego y se sostuvo mentalmente en el partido con un dinámico 3-4-1-2 que le permitió imponerse en el terreno con carácter y movilidad constante.
El Bicho contó con un recurso fundamental: los desbordes de sus extremos Javier Cabrera y Mariano Bittolo, sus armas más peligrosas, que fueron un dolor de cabeza constante para los laterales y los centrales millonarios. Sumado a ellos, la presencia del incansable Gabriel Ávalos en el área fue una preocupación constante para una línea de fondo que bajó su guardia y su atención. Así, sufrió un cabezazo en el área chica del delantero paraguayo a los 38 minutos que se transformó en el descuento.
El cierre del primer tiempo con un River dormido y un Argentinos enchufado terminó siendo un presagio del inicio de la segunda mitad. A los cuatro minutos, en un tiro libre, el equipo de Milito sacó el libreto y dio una clase del trabajo de la pelota parada: centro de Gabriel Carabajal, anticipo de cabeza de Ávalos sobre Bruno Zuculini para bajar la pelota y aparición en soledad de Lucas Villalba para estampar el merecido empate 2-2.
A partir de ahí, el equipo de La Paternal fue un vendaval imparable. Se cansó de penetrar la defensa millonaria. Y pudo ponerse al frente del marcador un potente remate de Ávalos en el área que Franco Armani tapó con la cara en un rápido achique. De ese posible 3-2 para el visitante que no fue, 10 minutos después llegó la jugada que rescató a River del pozo: Miguel Torrén se tiró al suelo a tapar un remate de Álvarez en el área tras una gran asistencia de Juanfer, frenó la trayectoria del balón con la mano, fue expulsado por doble amarilla y Quintero cambió por gol el penal. El número 10, que ingresó para jugar 60′ por la lesión de Esequiel Barco, fue el necesario rescate de un equipo deslucido.
Tras la tarjeta roja de Torrén, todo cambió. El 3-2 fue un mazazo para Argentinos, que debió rearmarse y perdió ese vértigo que venía mostrando para generar peligro en el área de Armani. A su vez, River comenzó a hacer pie en el mediocampo. Enzo Fernández manejó los hilos del tramo final del partido con inteligencia, dinámica y despliegue y terminó completando otro gran partido con gol y asistencia a dos minutos del cierre para el 4-2 de Herrera, que completó una noche a pura efectividad: según los datos de Opta, el Millonario pateó cinco veces al arco y convirtió cuatro goles.
Muy lejos de su nivel y con vaivenes constantes a lo largo de los 90 minutos, River logró un triunfo clave ante un rival directo en la pelea para ingresar a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Con Enzo Fernández, Suárez y Quintero como puntos altos, el talento individual de un plantel repleto de variantes le permitió destrabar un encuentro que parecía destinado a ser una merecida derrota. Y la noche con diluvio incluido en Núñez terminó siendo un triunfo aliviador.