Boris Becker fue declarado culpable de evasión en Londres y puede terminar en la cárcel
El alemán, ex número 1 del tenis, fue considerado responsable de cuatro cargos por un jurado de Londres; tiene préstamos impagos por unos US$ 6.000.000; la sentencia será a fin de mes
El alemán de 54 años, fue juzgado por un jurado del Tribunal de la Corona de Southwark, sur de Londres, por hechos relacionados con su bancarrota, ligada a un préstamo de 3,5 millones de libras esterlinas, equivalentes a unos 4,5 millones de dólares, concedido por el banco privado Arbuthnot Latham para financiar una propiedad en Mallorca, y otro de 1,2 millones de libras, que serían 1,5 millones de dólares, con una tasa de interés de 25%, prestados por el empresario británico John Caudwell al año siguiente. También fue condenado por no haber declarado una propiedad en Alemania y por haber ocultado un préstamo bancario de 825.000 euros y acciones en una empresa de tecnología.
Por otra parte, fue absuelto de absuelto de otros 20 cargos, que incluyen no haber entregado a sus acreedores nueve trofeos y medallas de su ilustre palmarés en el circuito profesional, entre ellos, tres copas de Wimbledon, dos trofeos del Abierto de Australia y su medalla dorada obtenida en los Juegos Olímpicos Barcelona 1992 en dobles, con su compatriota Michael Stich.
El ex deportista negó terminantemente las acusaciones, alegando que no había tenido tiempo de hacerlo ni conocimientos sobre su patrimonio y que siempre había dejado los asuntos financieros en manos de sus asesores. Su abogado, Jonathan Laidlaw, lo describió como a una persona ingenua y perezosa y sostuvo que no había sido informada a tiempo de sus obligaciones tras la declaración de insolvencia. Sin embargo, la fiscal Rebecca Chalkley no creyó los alegatos del ex tenista y dijo que Becker había transferido deliberadamente dinero a otras cuentas para evitar el acceso de sus administradores concursales a los fondos. Además, afirmó que el acusado sabía que estaba registrado como propietario de varios inmuebles.
El hexacampeón de certámenes de Grand Slam había negado todos los cargos y dijo que había cooperado con los fideicomisarios encargados de asegurar sus activos, incluso ofreciendo su anillo de bodas, y que había seguido el consejo de un experto.
Durante el juicio, Becker adujo que los cerca de 50 millones de dólares que ganó a lo largo de su carrera se agotaron en los pagos de un “divorcio costoso” y deudas de cuando perdió gran parte de sus ingresos después de retirarse.
Además, expuso que tuvo “compromisos de un estilo de vida caro”, incluida una casa en Wimbledon que alquilaba por 22.000 libras (28.800 dólares) por mes. El alemán señaló que la mala publicidad había dañado la “marca Becker’', lo cual le dificultaba ganar lo suficiente para pagar sus deudas. “Es muy difícil estar en bancarrota y en los titulares todas las semanas por ello. Es muy difícil ganar mucho dinero con mi nombre”, afirmó ante el jurado.
Alex Jay, jefe de Insolvencia y Recuperación de Activos de la firma de litigios Stewarts, dijo al respecto: “No se equivoquen: ser declarado culpable en un tribunal penal por delitos de bancarrota es bastante raro. La mayoría de las personas, cuando está en bancarrota, coopera con el proceso judicial. Por lo tanto, el nivel de los intentos del señor Becker de frustrar el proceso y evitar pagar a sus acreedores debe de haber sido bastante excepcional”.
Los cargos conllevan una pena máxima de siete años de prisión. A Becker se le concedió la libertad bajo fianza hasta la audiencia de sentencia, programada para el mencionado 29 de abril.