Bienvenidos al túnel del terror

El Barça confirmó las malas sensaciones que se vivieron en los últimos días. Cayó ante un Rayo que ya toca la permanencia y deberá de sufrir para poder entrar en Champions.

Santi Giménez
As
Llevaba casi cuatro meses el Barcelona dando por descontados los tres puntos del partido aplazado ante el Rayo, que debían ser el comodín para asegurarse un final de Liga más o menos cómodo, pero con la derrota de ayer (tercera consecutiva en el Camp Nou) el equipo de Xavi compró el billete para montarse en el túnel del terror en un viaje hasta final de temporada. La ciencia ficción del Bernabéu queda muy lejos. Tras su derrota por 0-1 sigue segundo, pero las sensaciones son pésimas y la clasificación para Europa va a estar en un pañuelo. Otra cosa es el Rayo, que puede celebrar otro año en Primera, tras sacar seis puntos de seis de su gira por Barcelona.

El Barcelona hizo unos últimos minutos para merecer algún resultado mejor (faltaría menos, jugaba en su casa y ante el Rayo), peo que nadie se llame a engaño. Con una visión general, su partido fue impresentable para un equipo que aspira a entrar en la Champions.

A lo largo del encuentro se ve tal despelote en el campo, tal falta de plan, tanta urgencia, que si a un aficionado le pones este partido, no lo distinguiría de la era Koeman, que lo hacía con futbolistas del filial.

Fue consecuente el Barça de Xavi con su última actuación del jueves en San Sebastián. Si el equipo de Xavi acabó en el Reale Arena dando una sensación espantosa, retomó el hilo del desastre ante el Rayo Vallecano, con una puesta en escena deprimente. De nuevo, el equipo de Xavi volvió a entrar mal al partido ante un rival que, como ellos disputaba su tercer partido en una semana, pero que salió a jugar con mucho más brío.

Otra vez, el Barcelona entregó el primer tiempo y volvió a ir a remolque de su rival en casa. Bastó una jugada de pizarra entre Isi y Álvaro García para que a los siete minutos de juego el delantero rayista le ganara el espacio a Dest y fusilara a Ter Stegen por su palo en otro retorno del portero alemán a su mediocre temporada de la que parecía tratar de escapar.

En el Barça no había noticias de vida futbolística. Dembélé jugaba para la galería a base de rabonas y disparos que agradecerán los rivales y los encargados de limpiar los nidos de palomas que defecan sobre las zonas comunes que habitan en las zonas más altas del estadio. De Jong, más que un descanso, necesita un psicólogo, Ferran Torres y Eric competían para ver quien perdía más balones y sólo Gavi parecía rebelarse ante la molicie general.

El chaval de 17 años era el único que trataba de recuperar balones en campo contrario y en uno de ellos, incluso disparó al larguero. El rechace lo recogió Torres, que sin saber muy bien cómo, introdujo el balón en la portería, pero llevaba en fuera de juego unos tres minutos y no se había enterado.

En la reanudación, Xavi sorprendió introduciendo a Lenglet por Dest, con lo que Araújo pasó a jugar de lateral. Alves, por si se lo preguntan como los que estaban en el estadio, seguía en el banquillo. La cosa no mejoró en absoluto y Xavi retiró a Ferran y Frenkie, dos espectros, para dar entrada a Memphis y a Nico, que tampoco entró muy concentrado al partido porque a la primera que tuvo oportunidad de quedarse solo ante el portero, se frenó en un ataque de prudencia incomprensible.

Sólo Memphis mejoraba el desastre, pero hacía falta algo más: Adama y, como no, Luuk de Jong. Pero siguió siendo Gavi el que lideraba la reacción. En el último minuto del partido, antes de decretar once de añadido, el Camp Nou se encendió ante un nuevo posible penalti a Gavi y el asedio fue inútil. Bienvenidos a túnel del terror.

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