Alpine encuentra el fallo en el coche de Alonso
Laurent Rossi, director ejecutivo de Alpine, reconoce que el problema "no fue el motor, sino la bomba de agua", pero tendrán que estrenar propulsor en Australia.
Una semana después de la carrera, el director ejecutivo de Alpine, Laurent Rossi, fue el encargado de revelar el fallo que provocó el abandono de Alonso cuando rodaba para ser el mejor del resto. "Rápidamente encontramos el problema. No fue el motor, sino la bomba de agua. Esto provocó un problema de refrigeración y después una serie de consecuencias: el motor se enfriaba menos, el aceite se calentaba... creando más problemas", confesó en la revista Auto Hebdo. La peor noticia para la marca francesa, justo cuando se pone en duda la fiabilidad de sus coches. Lo cual resulta frustrante porque el Alpine es rápido y puede aspirar a más. "Estoy contento con las prestaciones, pero podía ir sexto en el campeonato, no estoy ahí y no es porque no lo merezcamos. Hemos perdido demasiados puntos", recordaba Fernando tras la última cita, con dos puntos tras dos carreras.
Y, pese a que el motor seguía funcionando, la seguridad siempre tendrá que primar en pista. Por ello, Rossi reconoce que tuvieron que parar al asturiano: "Fernando pudo seguir conduciendo y el motor funcionaba, pero, obviamente, no en condiciones ideales. Preferimos detenerlo, ya que la bomba de agua había fallado. Ya hemos identificado la causa del problema y espero que lo hayamos corregido para Melbourne".
Una cosa está clara, Alpine tiene que poner solución a sus problemas de fiabilidad y los nuevos cambios en la F1 no ayudan: "Es un problema de juventud de los nuevos componentes, que están funcionando por primera vez y que aún no hemos tenido la oportunidad de validar, como es el caso de todos los equipos. La buena noticia es que no es algo estructural y no hay que cuestionar el motor en sí, ni su diseño, ni su arquitectura, porque el motor hace lo que se espera de él".
Riesgo de sanción
Con el estreno de un tercer motor para Australia, Alonso entra en una situación crítica donde se roza la sanción. Todavía sin saber si el motor de Bahréin se puede arreglar, han tenido que descartar su segundo propulsor. Ya solo queda uno para lo que resta de año. "El problema es que la bomba de agua está integrada en el motor. La bomba de agua terminó desintegrándose y cayendo en el motor. Si hubiéramos querido repararlo, habríamos tenido que romper el sello, así que el motor está perdido para nosotros. Aunque su integridad no se vea directamente afectada, para nosotros es un motor menos", añade Laurent Rossi.