El mediocentro del Mónaco se ha convertido en el
patrón de la selección francesa en el centro del campo. Este sábado
marcó su primer gol contra Costa de Marfil.
Fuerte como una roca y ágil como una serpiente, Tchouaméni
apunta a ser una de las grandes novedades de Deschamps en el próximo
Mundial. Si bien es cierto que el bipartidismo instaurado por Pogba y
Kanté en los últimos años en el centro del campo ha sido infranqueable,
el extraordinario nivel del canterano del Burdeos y el flojo rendimiento de Pogba en el United han generado un debate que, de momento, decanta la balanza en favor de Tchouaméni.
Su
gol contra Costa de Marfil no hace más que confirmar la gran temporada
que está haciendo con el Mónaco. Hace tan solo una semana, Tchouaméni
fue uno de los grandes protagonistas en la contundente victoria de los
monegascos contra el PSG (3-0). El potente tren inferior que atesora y
la rapidez de piernas que posee para salir de la presión destrozaron a
los parisinos, que no pudieron frenarle durante los 90 minutos. Desde
que recibiera la primera convocatoria de Francia en septiembre, el
nacido en Rouen hace 22 años no se ha caído de ninguna lista de
Deschamps, evidenciando que ya es un jugador importante dentro de la plantilla gala.
Los próximos meses serán decisivos en el futuro de Tchouaméni. El
mediocentro ya está listo para dar un paso más en su carrera y los
grandes de Europa se frotan las manos con un jugador que puede dominar
el fútbol europeo durante más de una década. El conjunto monegasco le dejará salir por un precio que rondaría los 60 millones de €,
una cifra que, en vistas de la inflación que impera en el mercado
actual, no parece descabellada para un aspirante a la Champions League.