Sebastián Battaglia y el desafío de que su equipo responda con lo que él prometió con frases
El DT xeneize volverá al estadio donde perdió su invicto; “no se puede especular” y “tenemos que lograr que ellos se preocupen de nosotros”, dijo; el antecedente de 2021 lo puso bajo la lupa
Lo dijo el propio técnico en la conferencia de prensa que brindó el jueves: “Es un campeonato contra los demás y con River es un torneo aparte”. En la presente gestión, Boca revirtió en parte lo mal que lo pasó en los últimos años a la hora de afrontar esa “competición” distinta: se impuso en los cruces de eliminación directa por la Copa de la Liga (cuartos de final) y la Copa Argentina (octavos), ambas en 2021 y con Miguel Ángel Russo al mando.
No obstante, fueron conseguidas a través de tandas de penales tras igualdades en los 90 minutos. Es más que válido, claro. Sin embargo, el dato es clave: el Xeneize no puede vencer al Millonario en el tiempo reglamentario desde noviembre de 2017, la noche del 2-1 en Núñez con Guillermo Barros Schelotto en el banco. Es cierto que le ganó en la Bombonera en octubre de 2019 por la Copa Libertadores, pero el 1-0 fue insuficiente para eliminarlo y ser finalista.
Gol de Battaglia a River en 2003
Todo un desafío para Battaglia, que en sus manos tuvo el último superclásico tan adverso. En el mismo escenario perdió el invicto (1-2) del ciclo de una manera desvirtuada -por la temprana expulsión de Marcos Rojo- y pálida, entre lo poco que hizo su conjunto y lo superior que fue River: el marcador ajustado fue sólo una anécdota por el cabezazo de Carlos Zambrano sobre la hora. Es la oportunidad de reivindicarse y transmitir que puede estar a la altura de semejantes encuentros (no ganó ante clubes grandes).
También serviría para ratificar todo lo bueno que se hizo en el triunfo 1-0 ante Estudiantes que tanta confianza y tranquilidad generó. Pese a no contar con Óscar Romero ni Darío Benedetto quedó muy conforme por cómo se empleó su idea en el dibujo (4-3-1-2) que proyectó desde que el enganche paraguayo arribó a la institución. Por eso, en caso de poder contar con esas figuras, el ex volante central sabe que el triunfo es aún más posible con sus jerarquías.
Un River-Boca siempre contiene una presión extra para el entrenador que no llega con la plena seguridad de que un traspié no lo afectará. Eso pasó, incluso, antes de enfrentar al Pincha: existieron rumores de renuncia y de la espera de un gesto del DT para evitar echarlo. Entonces, se vuelve a topar con el juego con el que lidió el año pasado.
Sin embargo, Battaglia se encargó de desestimar, al menos, un portazo: hablarlo a horas de ir a Núñez fue una manera de dejar en claro que le sobran ganas más allá del domingo. “Se hizo mucho dramatismo por una mala noche ante Huracán (0-1). Nadie me preguntó nada: nunca se me cruzó por la cabeza tomar una decisión. No pienso en lo que se habla y especula”, aseguró el hombre que puede sepultar las dudas mediante un buen triunfo.
La forma de afrontarlo parece indicar autocrítica y corrección en el entrenador. “No tengo por qué cambiar lo que venimos haciendo porque el rival sea River”, dijo con seguridad en estas horas. En la previa a aquel superclásico perdido, la apuesta por los más jóvenes venía dando frutos y el ciclo había comenzado con ocho compromisos en fila sin caer. No bastó para evitar “atemorizarse” y pegar el volantazo: los sacó y optó por la experiencia de jugadores que, al final, no cumplieron.
Preso de su acto, debió sostener a los más grandes y el equipo empezó a trastabillar. La historia ahora es diferente: viene de jugar el mejor partido del 2022 y, a lo sumo, meterá mano para reinsertar a Romero y Benedetto: el joven Cristian Medina (19 años) se mantendrá como titular y, en caso de no llegar el paraguayo, Aaron Molinas (21) también. Experiencia y juventud.
Quizás, esté ante su verdadero primer gran examen como entrenador. En su primer semestre nadie se animó a afirmar en qué condición dirigía: claramente estaba a prueba. Sus meses a cargo dictaminarían si aprobaba o no. Lo consiguió con lo justo: la Copa Argentina terminó de darle el “título” de técnico de Boca.
Por eso va a Núñez con otra postura. Luego, se verá si todas las cosas que se expusieron en estos días condicen con lo que sucederá: si una vez terminado el superclásico vuelve a sentir que Boca es “realmente un equipo”, como expresó en La Plata; si sus convicciones en frases sobre que “Boca está a la par de River y vamos a tratar de que ellos se preocupen por nosotros” se terminan cumpliendo. Se sabe que lo primordial es la victoria, pero esas promesas terminarán siendo un plus a la hora de analizar si lo logró aún ganando.
Sebastián Battaglia vuelve al Monumental con unos meses más de experiencia, un título y un equipo que se llenó de confianza en la última fecha, pero con la necesidad de hacer valer aquello para afirmarse más en el cargo.