Remontada antes del Clásico
El Barça fue de menos a más y acabó imponiéndose a un Galatasaray, que le puso las cosas muy difíciles. Pedri y Auba marcan ante un gran Iñaki Peña.
Si una cosa tenía clara el Barça antes de jugar la vuelta ante el Galatasaray, era que no podía repetir los errores del partido de hace una semana en el Camp Nou. Xavi, además, los enumeró en la previa como el maestro cómplice que el día antes del examen le dice a los alumnos “sobre todo, repasen esta y esta lección, que son importantes”.
Pues ni por esas. El Barça se sabía las preguntas del examen y su puesta en escena volvió a ser de suspenso. Claro está, que enfrente también había un maestro, Domènec Torrent, que se sabía también dónde pillar a los pupilos de su oponente. Él los había tenido en cursos anteriores.
Para tratar de mejorar la salida de balón, que fue otra de las asignaturas suspendidas en el Camp Nou, Xavi volvió a dejar en el banquillo por segundo partido consecutivo a Araújo, dando la responsabilidad a Eric. Quizá demasiada. El catalán se precipitó en las acciones de ataque y en defensa empezó a sufrir ante el oficio y el trasero de Gomis, propio de un pívot de baloncesto, que le permitía proteger el balón. Por si fuera poco, Van Aanholt le tenía tomada la matrícula a Adama, que no encontraba manera de superarle.
Con este panorama no es de extrañar que el Galatasaray se impusiera de salida. Pudo desactivar el Barcelona la puesta en escena de los turcos con una magnífica ocasión de Frenkie de Jong, que solo ante Iñaki Peña la lanzó fuera. El holandés lo había hecho todo bien: desmarque y control, pero falló en la finalización.
La mejora del Barça llegó por la vía de Pedri, el jugador más lúcido del partido que en una jugada deliciosa por la clase y la pausa dentro del área, tumbó a dos rivales y logró el gol del empate que volvía a meter al Barça en el partido. Un partido que regresó en la segunda parte ya sin Adama y con Dembélé sobre el terreno de juego.
Y miren por donde, la entrada del francés, que lleva camino de convertirse en el empleado ejemplo de la institución, despertó a sus compañeros, que a los cuatro minutos marcaron el segundo. Eso sí, hizo falta chutar tres veces seguidas para batir a un Iñaki peña que paró primero un disparo de Busquets desviado por un defensa, luego uno a bocajarro de pedri hasta que Aubameyang ya le fusiló a pase de Frenkie de Jong.
Le había costado mucho más de lo deseado, pero el Barça tenía al fin el partido donde deseaba. Ahora lo que se trataba era de defenderse con pelota y esperar la oportunidad para sentenciar. Aunque en el desarrollo de este plan interviniera el imprevisto de la lesión de Dest.
En los últimos diez minutos, el Galatasaray ya se fue descaradamente arriba y su público, también. Incluso demasiado, y empezaron a caer cerca de la portería y del banquillo blaugrana algunos objetos. Kerem pasó a ser la principal amenaza para un Barça que se veía en los últimos instantes con más problemas de los previstos, el partido estaba en un manojo de nervios y Alba lanzó un balonazo a la grada cuando le cayeron dos objetos al lado y los jugadores se enzarzaron en una discusión. El infierno turco empezaba a dar señales de vida.
Con los ánimos un tanto más calmados, el barça supo reconducir la situación y jugar los seis minutos de añadido sin pasar demasiados apuros. Misión cumplida, pero siguen los interrogantes.