Mercedes sufrió un golpe inesperado en el inicio de la temporada de Fórmula 1 y busca una solución con urgencia
Con la nueva normativa técnica, las Flechas de Plata dejaron de ser la guía del Gran Circo
Con los test de pretemporada, Mercedes lanzó la alerta de siempre, sacándose el cartel de favorito. Sin embargo, esta vez, era verdad. La estructura que dominó la era híbrida, que dos años atrás sacó a relucir el DAS y provocó la estampida de los rivales, falla en el inicio de un renovado ciclo de la Fórmula 1. Pocos, o casi nadie, creía el mensaje ensayado: ante un revolucionario cambio normativo, la factoría de Brackley se posicionaría en la vanguardia. Si hasta en los ensayos de Bahréin dispuso de un auto sin pontones, con entradas de aire laterales estrechas. Eran los únicos que estaban ofreciendo dos modelos conceptualmente diferentes entre las pruebas de Montmeló y Sakhir. Hasta se mencionó que las simulaciones le otorgaban una ganancia de hasta un segundo, respecto a la robustez de Ferrari, porque el auto tenía menor resistencia al aire.
“La carrera de hoy [por el GP de Arabia Saudita] es el reflejo de nuestra actual posición. Las brechas de rendimiento parecían ser similares en la clasificación y la carrera, pero tenemos mucho trabajo para estar en el frente, en la pelea. Probablemente sea más sencillos decir qué funciona, son menos elementos. Necesitamos analizar cada área del auto, ya sea la aerodinámica, el peso, la unidad de potencia. En la F.1 nunca tenemos una única solución”, comentó Wolff, que camino a Melbourne intentará que los ingenieros de Brackley y de Brixworth achiquen la distancia. “El circuito de Jeddah fue más complejo que el de Bahréin para nosotros y no nos hacemos ilusiones en el momento en que nos encontramos, pero debemos mantenernos enfocados. El desafío es enorme, pero en los últimos ocho años el equipo superó todos los problemas de rendimiento que enfrentamos”, el alentador mensaje de Andrew Shovlin, el jefe de ingenieros.
El porpoising, el efecto rebote que se produce en las rectas cuando los autos van a alta velocidad y que provoca que el auto suba y baje de manera repetitiva, resultó un dolor de cabeza para Mercedes en el estreno de la temporada. “El resto de los equipos logró solucionar el problema, nosotros sufrimos para encontrar la solución”, disparó Wolff. “Ahora lo tenemos bajo control, aunque sacrificamos el rendimiento básico de nuestro auto. Con suerte en las próximas dos o tres carreras tendremos el problema resuelto y sin perder prestaciones. Después de los test de pretemporada temí algo peor. Las mejoras de una carrera a otra quizás no sean visibles para los aficionados, pero es tranquilizante para el equipo”, aseguró James Allison, el director técnico de Mercedes. En la escudería insinúan que estarán recuperados y en forma a partir del sexto gran premio, cuando la F.1 visite el circuito de Barcelona.
Acostumbrado a demoler a los rivales desde la prueba de clasificación, Hamilton -tiene el récord de poles, con 103- quedó a siete décimas en Bahrein y a poco más de dos segundos de Sergio Checo Pérez (Red Bull Racing) en Arabia Saudita. “Por el momento parece difícil pensar en luchar por el Mundial”, anticipaba con resignación Wolff. El techo presupuestario es una condena para Mercedes, que todo el dinero que se desembolse para recuperarse del mal paso de pretemporada no estará disponible para desarrollar las actualizaciones. Mientras Ferrari y RBR analizan para evolucionar, las Flechas de Plata estudian cómo dar inicio a la temporada. Desde 2019, la apertura del calendario tenía a un piloto de Mercedes como vencedor; en 2022, el podio de Hamilton resultó un espejismo.
El motor Mercedes resultó uno de los argumentos que llevó al equipo a ser el faro en los últimos años. En las rectas, la velocidad de punta de los autos de Hamilton y Russell es preocupante. También la de los clientes, Aston Martin y Williams. Cuando las miradas apuntaron a la unidad de potencia, Wolff las desvío y puso el ojo en el drag, la resistencia al avance del aire. Ferrari y RBR fueron rápidos en Bahréin y los de Milton Keynes repitieron en las rectas de Jeddah. En los dos trazados sufrió Mercedes y también Aston Martin, que tiene un concepto aerodinámico diferente al de las Flechas de Plata, pero el mismo motor.
Mercedes afronta un reto superior a los años anteriores. Si durante la era híbrida debieron sobreponerse a los intentos de Ferrari y de RBR, las nuevas normativas le explotaron y dejó en una mala posición de inicio a quienes fueron dominantes desde 2014. “Demasiado tarde nos encontramos con circunstancias que hicieron darnos cuenta que teníamos un problema. Si desbloqueamos el potencial estaremos peleando con los autos del frente. Tomó tiempo entenderlos, ahora estamos en el proceso de marcarlos y eso significa simplemente aplicar la ciencia. Todo es física, no mística”, apuntó Wolff, el jefe de equipo que le devolvió la gloria a Mercedes y el que pretende recuperar el terreno perdido para seguir siendo el faro en la F.1.