La ocupación rusa siembra el terror en Kherson: violaciones y propaganda del Kremlin
Las tropas de Putin tomaron la ciudad ucraniana el miércoles. Impusieron un gobierno cívico-militar. Una chica denunció los abusos de los rusos. El fantasma de la “limpieza étnica”
Kherson, con 300.000 habitantes, es la primera, y única hasta el momento, ciudad controlada por las fuerzas invasoras rusas. Era un punto clave para los planes de los generales del Kremlin. Un puerto estratégico en la margen del río Dnieper, a la salida sobre el Mar Negro. Tras la toma de la ciudad, los rusos pudieron unir por tierra los dos territorios que ya controlan desde 2014, el de la península de Crimea con la autodenominada República Popular de Donetsk, el enclave separatista de los ucranianos pro-rusos en la región del Donbás.
La ciudad estuvo bajo la mira de Putin en los últimos ocho años. Por allí pasa el Canal de Crimea del Norte que abastece de agua potable a la provincia y había sido cerrado por el gobierno ucraniano. Ayer, la televisión estatal rusa y todos los canales privados que propalan la propaganda del Kremlin en Moscú batieron el parche con el hecho de que se había restaurado el suministro. “Una conquista histórica”, decían.
El último combate antes de que llegaran los tanques rusos lo protagonizaron un grupo de paramilitares ucranianos que integran la denominada Tercera Fuerza, los milicianos que se enfrentaron en los últimos años a los separatistas pro-rusos del Donetsk. Estaban defendiendo la entrada a la ciudad por la autopista P-47. Hubo un intenso intercambio de disparos mientras los misiles lanzados por las baterías rusas pasaban por encima de sus cabezas e impactaban en el centro de Kherson. Una hora más tarde, de acuerdo a los testimonios publicados en las redes sociales, aparecieron los tanques y los carros de asalto rusos con la letra “Z” pintada en blanco en los costados. Es la marca que distingue a los vehículos de los invasores para no confundirlos con los ucranianos que son del mismo origen y, por lo tanto, exactamente iguales.
En el Suvorov Raion, en el centro de la ciudad ya estaban llegando otras unidades de tanques rusos. Grupos de soldados de la infantería se apostaron en las principales calles y avenidas. Otros, de las fuerzas especiales entraban a la alcaldía. En uno de los videos, se ve primero a un soldado ruso alejándose del edificio del gobierno provincial con una bandera ucraniana enrollada. Cuatro personas vestidas de civil se acercan a él. Se enfrentan a los gritos, ocultos a la vista por la vegetación. El soldado parece retroceder y los civiles despliegan entonces tres banderas ucranianas y las agitan. “¡Gloria a los héroes de Ucrania!”, grita la persona que graba. Los civiles robaron las banderas a los soldados rusos en un extraordinario acto de desafío a la invasión.
En el distrito de Dnipro Raion, que comprende los barrios más cercanos al río Dníper, las fuerzas armadas rusas habían tomado el control el martes por la noche. Una foto mostraba unos 15 vehículos blindados frente al edificio de la administración regional. En la parte superior izquierda de la imagen, tomada por una cámara de vigilancia, se puede ver la fecha y la hora: 2 de marzo a las 2:15 de la madrugada. El video fue publicado en Telegram.
El jefe de la administración regional de Kherson, Gennady Laguta, anunció a las 9 de la mañana del miércoles que la ciudad estaba “completamente acordonada por el enemigo”. El alcalde, Igor Kolykhaev, confirmó la caída de su ciudad a la televisión estatal ucraniana en la mañana del miércoles. Al día siguiente dijo en un tuit que había mantenido una reunión con el jefe de las fuerzas rusas (no dio el nombre) y que éste le había dicho que a partir de ese momento el gobierno de Kherson quedaba en manos de una junta cívico-militar integrada por algunos de sus comandantes y milicianos pro-rusos que estaban llegando desde Donetsk.
Kolykhaiev detalló en un comunicado una serie de nuevas normas para los ciudadanos después de que los “visitantes armados” entraran en la sede municipal. Sólo puedan salir de sus casas en pareja, se prohíbe cualquier reunión de más de dos personas en las calles, los conductores tienen que ir despacio y estar “preparados para mostrar el contenido del transporte en cualquier momento”. “Se tienen que detener a la primera demanda”, escribió en un post de Facebook.
También dijo que la bandera ucraniana seguía ondeando sobre la municipalidad, y aclaró: “Y para que siga igual, hay que cumplir estos requisitos”. Se justificó por haber recibido a las tropas de ocupación ante las “enormes dificultades” que se enfrentaron desde la invasión, incluyendo “la recogida y el entierro de los muertos”, así como “la entrega de alimentos y medicinas”.
“No teníamos armas y no fuimos agresivos. Demostramos que estamos trabajando para asegurar la ciudad y estamos tratando de hacer frente a las consecuencias de la invasión”, dijo. “No les hice ninguna promesa. ... Sólo les pedí que no dispararan a la gente”, aseguró.
El diario ucraniano en inglés, The Kiev Independent, informó que en Kherson se estaba organizando un desfile triunfal de las tropas rusas para este fin de semana y que estaban trayendo gente de Crimea para armar un público adicto. Si esto se produce será una extraordinaria pieza de propaganda. Claro que también es probable que la resistencia civil intente aguarles la fiesta.
El testimonio de una chica de Kherson en una entrevista por Zoom con la CNN fue mucho más claro sobre la tragedia que se vive allí. Svetlana Zorina, de 27 años, que vive con su abuela en esta ciudad del Mar Negro dijo que las tropas de ocupación “ya han empezado a violar a nuestras mujeres”.
“Me lo contaron personas que conozco desde hace mucho tiempo. Me dijeron que, a una chica de 17 años que yo conocía, le ocurrió y luego la mataron”, dijo el viernes al presentador John Berman. Zorina añadió: “Estamos aterrorizados y asustados, pero no nos vamos a rendir”.
La violación como arma de guerra la practicaron los ejércitos desde la Antigüedad. En muchos casos se utilizó como una manera de “limpieza étnica”. Y en otros, las mujeres fueron convertidas en esclavas sexuales durante años. Cuando las tropas de los aliados, durante las últimas etapas de la Segunda Guerra Mundial, entraron y ocuparon Alemania, se llevaron a cabo violaciones masivas. Si bien la mayoría de estos crímenes fueron cometidos por militares soviéticos, también hubo reportes de actos similares por parte de soldados estadounidenses y franceses. Las investigaciones posteriores concluyeron que 860.000 mujeres alemanas fueron violadas. El 5% de los “niños de la guerra” nacidos de mujeres no casadas en Alemania y, particularmente en Berlín a mediados de la década de 1950, fueron el producto de una violación.
Kherson ya sabe de ocupaciones, tanto de los alemanes nazis como de los soviéticos. El 22 de junio de 1941 las tropas alemanas iniciaron la invasión por sorpresa de la Unión Soviética, en la denominada Operación Barbarroja. Poco después, Adolf Hitler nombró a un jerarca prusiano del partido nazi, Erich Koch como Reichskommissar del denominado Reichskommissariat Ukraine (comisariado ucraniano) creado por un decreto del Führer. La primera medida de Koch fue clausurar los centros educativos porque “los niños ucranianos no necesitan escuelas”. La política alemana sobre Ucrania se basaba en los principios de una Herrenvolk (raza superior) y como tal los ucranianos debían ser tratados como simples elementos coloniales o incluso, Untermenschen (“subhumanos”).
Durante ese período, que se extendió hasta marzo de 1944, se estima que murieron 5,2 millones de civiles ucranianos, entre ellos 1,6 millones judíos enviados a los campos de exterminio, debido a crímenes de lesa humanidad, enfermedades relacionadas con la guerra y hambrunas. Entonces, también se registraron miles de violaciones de mujeres y los alemanes hablaban de una “limpieza étnica”.
La tragedia se repite bajo la farsa de la nueva ocupación.