La despedida del hexacampeón
Un Sevilla timorato y que acabó repleto de canteranos y sin fuerzas cae en la prórroga ante el West Ham, que tuvo más ocasiones y entereza. Decidió otra vez el ucraniano Yarmolenko.
La previa se presentaba con un sinfín de bajas sevillistas (Diego Carlos, Rekik, Papu, Acuña, Lamela, Suso...) y hasta cuatro dudas, un par por cada equipo. Antonio y Cresswell se habían retirado lesionados ante el Aston Villa, el domingo, pero Moyes les rescató tocados para el once. Mientras, Lopetegui no arriesgó con las dos grandes novedades que se había llevado a Londres: Montiel en el banquillo y Fernando, el vital Fernando, ni siquiera entró en la convocatoria.
En un estadio repleto y rugiente, con casi 60.000 gargantas hammers contra unos 1.000 sevillistas, el equipo de Lopetegui consiguió sacudirse con entereza y casi sin ocasiones rivales el previsible arreón inglés del inicio. Fornals y Lanzini inventaban entre líneas, pero fue el Sevilla quien gozó de la primera ocasión clara. Martial y Augustisson conectaron en la izquierda y En-Nesyri remató fuerte aunque centrado el pase de la muerte del sueco. Una gran mano de Areola desbarataba la jugada para que Michael Antonio, un martillon pilón, iniciara unas hostilidades que acabaron en gol.
Bono salvó un mano a mano del explosivo ariete jamaicano que luego se inventó un gran centro para que Soucek, madrugando a Augustinsson, pusiera de cabeza el 1-0 poco antes del descanso (1-0, 39'). Moyes y el London Stadium, apaciguados hasta entonces por lo que parecía más o menos un control del partido sevillista, explotaron, esperanzados con la segunda mitad.
Y nada más regresar del vestuario el fútbol quiso darles la razón. Salvó Bono un chut de Soucek y otros dos tiros a bocajarro de un inspirado Lanzini y el Sevilla se agobiaba ante las acometidas de Antonio y sobre todo, en córnes que el London Stadium celebraba como medio gol. El Sevilla tocaba más de mentira que de verdad, asustaba apenas en dos tiros desviados de En-Nesyri y Tecatito en medio de la tensión. No parecía querer muchas más hostilidades tampoco el West Ham, ni tampoco encontraba los caminos el equipo de Lopetegui, y el partido se marchó inoxerablemente a la prórroga.
Soucek cabeceó a la escuadra pero por fuera el enésimo drama de córner ante un Sevilla asustadizo y aculado, incapaz de tener siquiera ya la posesión de la pelota. Gudelj, Navas y Tecatito no podían y los canteranos Luismi y Carmona tenían que entrar. Percutía ya tampoco demasiado el West Ham, pero lo hacía con sensación de peligro. En una de esos chutaba desde la frontal Fornals y su rechazo in extremis era cazado por el héroe Yarmolenko, que también lloró de alegría ante el West Ham (2-0, 110'). Quedaba algo de tiempo pero no fuerzas, ni casi piezas. Sólo el estruendo de la clasificación local.