Gerard y Pau marcan el penalti de Riquelme en Turín

El Villarreal golea a la Juventus en el tramo final del partido y pasa a cuartos deslumbrando a toda Europa. Un soberbio Rulli mantuvo a su equipo en el partido en la primera mitad.

Julián Burgos
As
Habían pasado 16 años y la espina del penalti fallado por Riquelme seguía clavada en el corazón del Villarreal. Gerard lo volvía a tener en los 11 metros, dos minutos después de pisar el césped después de mucho tiempo lesionado. Y lo hizo. ¡Gooool!. Lo gritó toda Vila-real. Y por si la emotividad del momento era poca, la sentencia llegó de alguien especial. El 'Xic del Poble' lloró aquel penalti con nueve años, como todo el pueblo. Pau marcó con el corazón y desató la euforia amarilla. 'Submarinazo' en Turín y a cuartos. Danjuma completó la goleada otra vez desde el punto de penalti, ese que ya le dio la Europa League a los de Emery hace unos meses.

Antes hubo que sufrir. Rulli frenó a paradones al huracán Vlahovic, uno de los delanteros del momento. Pero el plan le salió perfecto esta vez a Emery. Mandó a Coquelin y, sobre todo, Gerard, al césped en el momento de la verdad. Y uno forzó el penalti y el otro lo convirtió. El Villarreal está entre los ocho mejores de Europa, el tercer español en conseguirlo.

Juventus y Villarreal son dos equipos con munición de sobra. Por eso, tras diez minutos de reconocimiento, se desataron las hostilidades. Cada uno a su manera, tal y como Allegri y Emery habían diseñado en sus pizarras. La Juve, por aplastamiento. El Villarreal, eligiendo el momento óptimo, buscando a sus estiletes.

Los dos estuvieron cerca del gol en la primera mitad. Aunque cierto es que la Juventus tuvo las más claras, siempre con Vlahovic en el centro de todo, como si llevara 20 años jugando en la Champions y toda la vida en un club tan grande como la Juve. Pero Rulli, el héroe de la Europa League, le mantuvo el ten con ten. Kryptonita argentina contra el supermán serbio.

El primer duelo al sol fue en el 19’, con un gran lanzamiento de Vlahovic desde el borde del área que Rulli detuvo con agilidad. El argentino ya estaba caliente pues un poco antes ya le había arrebatado el gol a Morata que había cabeceado con violencia.

Vlahovic estaba desatado. Un desmarque vertiginoso al primer palo, trufado con un remate con la zurda cruzado parecía que iba a tumbar a Rulli. Pero esta vez un travesaño fabricado en Buenos Aires salió al auxilio del Submarino. La Juve arreciaba la portería amarilla pero el Villarreal aguantaba con temple, intentando enfriar la caldera con posesiones largas y, de paso, encontrar las grietas en un centro del campo blanquinegro, con Arthur y Locatelli, algo endeble.

Así llegó la primera, de Lo Celso, que salió silbando el poste de Szczesny. El Juventus Stadium se calló y su equipo sintió por primera vez que, además de disfrutar con Vlahovic, había que estar pendiente atrás. Otra arrancada del velocista Danjuma que Lo Celso remató al aire acabó de nivelar el partido. La Juve dejó de generar aunque en el balón parado sigue siendo temible. Una prolongación de De Ligt acabó en la cabeza de Vlahovic, sólo, en el área pequeña. Medio gol. No si Rulli estaba enfrente. Otro paradón.

El frenesí de la primera mitad se tornó en cordura en la segunda. El Villarreal dio un paso atrás. Pero precisamente en ese posicionamiento sufrió mucho menos. La Juve tenía posesiones largas pero solo asustaba a Rulli desde tiros lejanos. Uno de Rabiot lo detuvo de puños Rulli, blocando en dos tiempos.

El reloj corría y Emery fue colocando sus piezas sobre el tablero para dibujar su jaque mate. Primero Coquelin, después Gerard. El francés peleó y le hicieron penalti. Un penalti que el árbitro no vio y tuvo que salir el VAR al rescate. Gerard lo convirtió. Quedaban 13 minutos y, con Dybala y Bernardeschi, se preveía que la Juve apretaría. Pero no. Pau Torres acabó de rematar a la Juve y desde ahí todo fue una fiesta. Tanto que en el descuento llegó el segundo penalti. Danjuma completó la goleada.

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