Fórmula 1: por qué Max Verstappen frenó para no superar a Charles Leclerc, pudiendo hacerlo, antes de ganar en Arabia Saudita
El piloto de Red Bull lo había intentado y debió bloquear para no chocar al de Ferrari; después, entendió el mecanismo y evitó hacerlo en la misma curva, para sacar ventaja en la recta
Pero antes de que el neerlandés superara por última vez al monegasco (lo había hecho en el giro 42 pero pronto perdió el lugar), hubo un momento de tensión que pudo terminar con ambos fuera de carrera. Y que pareció condicionar las chances de triunfo de Verstappen.
¿Qué pasó? En la curva 27, cerrada a la izquierda después de un curvón velocísimo que se transitaba a fondo, el campeón perseguía muy de cerca a Leclerc, se lanzó como para pasarlo y los dos bloquearon los neumáticos, pero el neerlandés muy bruscamente. Tuvo que girar para no golpear al Ferrari y ambos siguieron en competencia, pero la humareda que despidieron las gomas del coche de Max hizo sospechar que el daño en el caucho podía ser demasiado como para el campeón quedara en buenas condiciones de seguir la pelea. Que era muy pareja.
Gracias a su potente motor, el Ferrari se defendía en las rectas; el Red Bull requería del DRS (el sistema de alerón móvil) para rebasar al vehículo rojo. Pero también necesitaba otro requisito: inteligencia por parte de Mad Max. Dejar atrás a Charles en el momento correcto, no en la primera oportunidad disponible.
¿Por qué? Resulta que la medición de tiempos para aplicar después el DRS estaba a la altura de la raya blanca que cruzaba transversalmente la pista en esa última curva anterior a la recta principal, bastante larga por cierto. El piloto que llegaba por detrás del otro a ese viraje, en una puja tan cerrada, gozaba en ese rapídisimo tramo de la ventaja del alerón trasero aplanado, es decir, de más velocidad. Por ende, si Verstappen superaba a Leclerc antes de esa línea, el monegasco contaba con la ventaja del DRS y tenía toda esa recta para recuperar la vanguardia. E incluso la recta siguiente, aunque más corta, y separada de la de llegada por una chicana.
Así había recobrado el joven de Ferrari la posición luego de que el campeón mundial se la birlara en el giro 42. En el 43 ocurrió el bloqueo de Mad Max para evitar el accidente. Y más tarde Verstappen pareció entender el mecanismo: en el cierre de la vuelta 45 evitó pasar a su rival en esa curva, pudiendo hacerlo –llevaba suficiente diferencia de velocidad–, para en seguida, con la diferencia del alerón móvil, hacerlo en la recta de los boxes y dejar sin chances a Leclerc, al menos en ese segmento, el de más fácil adelantamiento.
El no sobrepaso intencional de Verstappen a Leclerc
Una vez que el piloto de Red Bull pasó al de Mónaco en el giro 46 sobre 50, se mantuvo delante, aunque siempre con su adversario muy cerca, amenazante. Finalmente, Verstappen ganó con muñeca, auto y, esta vez, también con cabeza.