ESPAÑA 5 - ISLANDIA 0 / Morata se tatúa el nueve
El delantero de la Juventus firma un doblete en el amistoso frente a Islandia. Sarabia, autor de dos goles y Pino completan la goleada.
El asturiano es un hombre de palabra. Anunció cambios respecto al partido del sábado ante Albania y cumplió sobradamente. Diez novedades de una tacada. Arnar Vidarsson, mientras, solo hizo un cambio respecto al empate logrado en Murcia ante Finlandia. Es decir, menos fondo de armario el del seleccionador islandés, que en la previa recordaba su correr y correr tras Xavi e Iniesta en su etapa como futbolista. Ahora correspondía a sus pupilos sudar la gota gorda para tratar de hacerse con el balón.
En eso consistió el juego desde el primer intercambio de golpes. En cinco minutos, Marcos Llorente ya había llegado dos veces a línea de fondo. Esas dos incursiones se resolvieron sin daños mayores para Runarson, pero presagiaban tormenta en Riazor. Islandia no era Albania y Koke, aun sin ser Busquets o Rodri, pareja en la que descansa el rumbo del juego español con Luis Enrique como seleccionador, se sentía cómodo con el cometido. El rojiblanco ha ido creciendo a medida que avanzaba la temporada y se sintió cómodo con ese nuevo traje. A los 10 minutos acarició el que hubiera sido su primer gol con la camiseta de La Roja (en 62 internacionalidades), pero el disparo se le fue alto. Esa rosca, desde esos terrenos, tiene desde el pasado sábado el copyright de Olmo, que gracias al golazo ante Albania se ganó la titularidad en Riazor.
Cuando Koke se iba unos metros hacia arriba era Laporte, socio en el centro de la defensa de Guillamón, el encargado de iniciar el ataque español. Para tomar la temperatura al partido no hacía falta más que mirar la posesión de balón: 78% para España, 22% para Islandia. El cuadro previsible. La lástima es que a medida que avanzaban los minutos la canción derivaba en el mismo estribillo sonando una y otra vez. Toque tras toque para tratar de lograr superioridad en los laterales, con el césped inclinándose hacia el lado izquierdo: Alba encontró el resquicio para llegar a línea de fondo, mientras que a Azpilicueta le costó mucho más disfrutar de esa presencia en ataque.
Justo en ese momento despertó todo. Lo hizo en una jugada que no parecía llevar la señal de peligro hasta que Guillamón filtró un pase raso al interior del área donde Soler, su socio en el Valencia, dejó pasar el balón al ver por el retrovisor a Morata. El de la Juve no falló: controló con la zurda, superó con ese gesto al defensa y remató con la derecha. Dos minutos después firmaba el doblete al marcar el penalti cometido por Birkir Bjarnason sobre Olmo. Penalti claro que ni siquiera necesitó el veredicto del sexador de pollos (la patente es de Alfredo Relaño), pues en estos amistosos no hay VAR.
Esos dos goles aclararon el panorama, pues desde ese mismo instante La Roja se gustó. Ni siquiera el descanso sirvió para enfriar al equipo, que en el 47' golpeaba de nuevo. El veneno de Jordi Alba, con esa capacidad para romper líneas así tenga 33, 34 o cien años, hizo mella en la defensa islandesa. Internada, centro y remate de Pino, que se bautizaba en goles con la Selección. Alba hace fácil lo difícil y con esa acción se ganó el descanso. Se fue el azulgrana, también lo hicieron Morata y Olmo, todos ellos con el sabor de boca del deber cumplido.
Y todos los que entraron en su lugar lo hicieron animados por la fiesta. Hasta tal punto que el cuarto y el quinto gol fueron un calco, con los centros de Marcos Alonso y los remates de Sarabia. Riazor se divertía de lo lindo, Luis Enrique se sentía orgulloso de esos de rojo que movían el balón como habían ensayado desde que se concentraron en Las Rozas. Así sí, pensaría el asturiano. Lo mejor de ese 5-0 es haber contagiado a tantos jugadores la idea de que esta España puede hacer algo grande.