El reto de Marcelo Gallardo, apoyado en la seguridad que le dan sus jugadores: “Nosotros mismos nos desafiamos a ser mejores”
En el superclásico el DT se juega una ficha importante, pero no trascendente en lo colectivo; ganó más que lo que perdió, pero el tema pasa por su orgullo y su espíritu competitivo
En el superclásico, Gallardo se juega una ficha importante, pero no trascendental: un resultado podrá modificar el ánimo y el envión, pero no cambiar el camino que se transita. El trabajo y la idea de juego del cuerpo técnico y el plantel ya son indelebles. Y ese es el punto a favor más fuerte que tiene este River para afrontar el clásico con una tranquilidad que no parece estar en la vereda de enfrente. Pero, pese a todo, el DT todavía busca ese famoso clic para crecer. Y el cruce con Boca puede ser el trampolín perfecto. Ese partido que el cuerpo técnico estaba buscando para hacer el famoso clic y potenciar niveles individuales y colectivos. Darle un impulso necesario a esta nueva etapa que comienza.
Gol de Gallardo a Boca
“Me parece que venimos creciendo futbolísticamente de menor a mayor, hoy estamos en un buen momento para ir sosteniendo. Cuando yo hablo de encontrar cierto funcionamiento que nos proteja, que nos de ese timing que nos indique que estamos bien, es porque nosotros mismos nos desafiamos a ser mejores. Es muy difícil en el fútbol argentino generar una supremacía y dominar 90 minutos con cualquier rival que te enfrentes. Nosotros veníamos siendo dominantes por períodos y cuando no lo hicimos perdimos merecidamente”, destacó el Muñeco en conferencia de prensa.
“Estamos en esa búsqueda porque nosotros nos ponemos una vara. Más allá de los resultados me interesa cómo evolucionamos, me importa mucho el cómo llegamos y me parece que vamos a estar bien. Nosotros ya evolucionamos, es difícil encontrar el partido perfecto de dominio completo e hicimos algo muy bueno el domingo pasado. Jugamos nuestro partido con un rival que nos impidió hacer nuestro juego los primeros minutos, pasamos a ganar y ahí hubo una diferencia contundente, eso es muy difícil de verlo. Me gusta esa forma, si nosotros pasamos a ganar que controlemos el juego y no empezar a sufrir, el partido contra Gimnasia me gustó mucho y ahora tenemos que sostenerlo”, agregó el DT millonario.
¿Qué pretende el Muñeco para el duelo contra el equipo de Battaglia? Dominio a lo largo del tiempo. Sostener durante la mayor cantidad de minutos posible la tenencia de la pelota, el control de los espacios, la solidez defensiva y la profundidad para lastimar con sus habituales cartas ofensivas. A lo largo de esta Copa de la Liga ha mostrado buenos tramos de juego y ha conseguido cuatro triunfos, un empate y una caída con 13 goles a favor, cuatro en contra y tres vallas invictas. Pero este River siempre quiere más.
A lo largo de todo su ciclo, Gallardo ha dirigido 24 superclásicos en torneos oficiales: ganó ocho, empató 11 y perdió cinco. Eliminó a Boca en tres eliminatorias internacionales (Sudamericana 2014, Libertadores 2015 y Libertadores 2019) y le ganó las dos finales de la Supercopa Argentina 2017 y la Libertadores 2018, pero recientemente cortó una larga racha: en la Liga Profesional 2021 ganó su primer clásico en el Monumental por torneos locales con el 2-1 con los goles de Julián Álvarez. Previamente, había empatado tres y perdido tres. En el ámbito doméstico, de visitante siempre le ha ido mejor que de local: suma dos éxitos, cuatro empates y una derrota en la Bombonera. Y mañana en Núñez buscará empezar a romper esa estadística.
Pese a eso, el DT no se enfoca en los números. Ni tampoco en la necesidad de volver a demostrar superioridad. Es que, más allá de que dominó ampliamente desde lo futbolístico en el último cruce, el resultado pareció quedarse corto para el trámite del encuentro. Pero Gallardo pone el foco en otro lugar: “No venimos con una deuda, no estamos en deuda en base a los resultados contra Boca. En todos los clásicos hubo matices diferentes, nos tocó ganar, perder y empatar. Hubo partidos ya que fueron históricos, pero siempre se arranca una etapa nueva, lo que pasó ya quedó atrás y volvés a enfocarte en el partido siguiente. No quiero caer en los lugares comunes: a mí sí me importa cómo llegamos nosotros y cómo llega el otro, pero este es otro partido y lo jugaremos de la manera que nosotros creemos, adoptamos una idea hace tiempo y no cambiaremos. Sabemos de la calidad del rival y que tienen buenos jugadores pero nosotros vamos a hacer lo nuestro”.
River se verá nuevamente las caras con Boca en un superclásico que no definirá su futuro directo, pero que le puede dar una espalda necesaria para afrontar lo que se viene con otra calma y otra mentalidad. El enfoque siempre es el mismo: crecer para ganar. Pero, más allá de todo, internamente en Núñez saben que un resultado positivo contra el máximo rival siempre potencia todo a favor. Y por eso, aunque no sea definitorio, se jugará como si fuese otra final. A todo o nada.