El nuevo Vinicius
Su caracter ha explotado. Si tiene algo que decirle al árbitro o un rival, no duda. Ya no se calla. Ancelotti llegó a pedirle que se tranquilizara en San Mamés.
Pero, sin duda, uno de los capítulos de mayor tensión fue el que se vivió el 3 de febrero, en San Mamés, ante el Athletic en Copa. Lo que produjo su roce con Dani García no fueron chiribitas, sino rayos. Tras varias faltas del centrocampista y ver como Gil Manzano no le mostraba la tarjeta, corrieron durante casi 30 metros a la par diciéndose de todo... Y acabando con el León por los suelos. El colegiado les pidió paz en varias ocasiones, todas sin suerte. El propio Ancelotti, templanza y neutralidad suiza personificada, llegó a dirigirse hacia el para rogarle que bajase las revoluciones: "Calma. No hables, no hables...", captaron las cámaras de Gol que le dijo en la segunda parte.
Miedo a una distracción
Vinicius lleva, en Liga, las mismas asistencias que tarjetas amarillas (6). "Le sacan de los partidos demasiado fácil y demasiadas veces. Cada domingo. Sea Piqué u otro. Se preocupa más del árbitro y de los jugadores que de jugar al fútbol; es la realidad. Y al final eso le está mermando. Se tiene que dedicar a jugar. Alguien debería cogerle y decirle 'este no es el camino, así no", opinó Guti, el pasado martes, en El Chiringuito. Tajante y sin pelos en la lengua.
El temor en el madridismo es, precisamente, ese. Que esta predisposición a protestar le esté afectando a su rendimiento. Desconcentrándole. De momento, por X o por Y, sólo lleva dos goles en sus últimos 12 partidos con el Real Madrid. Aunque hay otros números que respaldan el hartazgo del brasileño: es el segundo jugador que más faltas recibe de LaLiga (66), sólo por detrás de Fekir (67). Recibe, recibe y recibe. Pues ahora, también salta. Es lo que tiene el 'nuevo' Vinicius, que ya no se calla.