El Madrid se pierde una bala
Rüdiger, central del Chelsea al que el club blanco ha descartado de momento por sus exigencias económicas, es el futbolista más rápido de la Premier.
Una de ellas es Antonio Rüdiger, central del Chelsea que sigue sin renovar con el equipo londinense, próximo rival del Madrid en los cuartos de final de la Champions League. El Madrid cuenta en este momento con tres centrales de garantías (Militao, Alaba y Nacho) y un cuarto, Vallejo, que no cuenta y que se quedó como opción de emergencia: apenas ha jugado 17 minutos este curso. De ahí que Rüdiger fuese una buena opción para reforzar la defensa el curso que viene.
Sin embargo, las pretensiones económicas del alemán han echado atrás al Madrid: en Inglaterra se ha publicado que pretende 55 millones netos en cuatro temporadas, entre salario y prima de fichaje. Eso arroja un gasto neto por temporada de casi 14 millones, es decir, de 28 millones contando los impuestos. Una cantidad a la que el Madrid no llegará y que ha hecho que, de momento, se descarte la incorporación del defensor del Chelsea.
Rüdiger, más rápido que Salah y Adama
Evidentemente, dejar que Rüdiger se vaya a otro equipo supondrá perderse algunas de las mejores cualidades del alemán. Como es su velocidad, su principal fuerte sobre el césped: según un informe publicado por el Mail, es el jugador más rápido de la Premier League. Así se ha constatado esta temporada, en la que alcanzó la medición más alta en un partido: 36,7 kilómetros por hora ante el Brighton.
Tan rápido es Rüdiger que esta temporada ha superado a dos jugadores de reconocida velocidad punta: Salah, que no ha pasado de los 36,6 kilómetros por hora; y Adama Traoré, ahora en el Barcelona y antes en los Wolves, que se quedó en en la misma cifra que el egipcio. Eso sí, en el resto de cuestiones Rüdiger está cuajando una temporada irregular: no está entre los mejores jugadores de la Premier en intercepciones, recuperaciones ni balones aéreos ganados. Pero lo seguro es que, ahora mismo, no puede renovar con el Chelsea, pues las sanciones que el gobierno ha impuesto al club por la amistad que une a su dueño, Roman Abramovich, con Vladimir Putin, incluyen la imposibilidad de renovar contratos. Y al de Rüdiger le quedan apenas tres meses.