El hexacampeón se reivindica

El Sevilla se repone a un camión de bajas, también la de Rakitic en el calentamiento, y hace valer su peso en la Europa League para ir a Londres con ventaja ante el West Ham.

José A. Espina
As
Cuando pocos lo esperaban el Sevilla se marcha a Londres con un resultado favorable ante el West Ham, un gol que puede ser de oro sobre todo si Lopetegui consigue recuperar a algunas de las 8 bajas principales que tenía, 9 al final fueron, de aquí al próximo jueves. En un Nervión de gala que silenció a los al final casi 5.000 ingleses que había en las gradas, los blanquirrojos reivindicaron su condición de segundos de LaLiga y la epopeya que les señala como hexacampeones de la que es su competición fetiche para ganar con merecimiento y, por ocasiones, hasta de manera corta. Decepcionó el West Ham, que también fue fiel a la leyenda de tantos equipos en la islas, disminuidos cuando salen fuera de casa. Reservón, Moyes nunca fue a por el partido y lo pagó con una derrota de la que sale vivo, eso sí.

El calentamiento (y van...) agravaba las dificultades del Sevilla con otro caído, Ivan Rakitic, al que dejaba fuera de combate un virus. En su lugar entró Munir, de villano en los primeros 45 minutos a héroe tras la reanudación. El hispano-marroquí tuvo pronto el 1-0 en su cabeza pero echó fuera un caramelito de Corona, otra vez el mexicano en modo show, con desborde y calidad por ambas bandas. Minutos más tarde Acuña le ponía otro centro preciso dentro del área, menos fácil pero para nada imposible, pero Munir volvía a echarla fuera.

Poco fiero en la presión, el West Ham sólo se acercó arriba a cuentagotas. El tremendo Michael Antonio le ganaba el primer enfrentamiento a Gudelj, porque con un inmenso Koundé no se atrevía, y su tiro se marchaba al lateral de la red. Bono, en su intervención de la guarda habitual, evitaba el primero tras un saque de esquina con una mano salvadora. Y el propio portero marroquí abortaba de nuevo el gol inglés cuando acababa de comenzar la segunda mitad.

Una parada que daba la vida para que acto seguido los de Lopetegui retomaran el control. Jordán y Óliver Torres mandaban más que Rice y Soucek, quién lo diría, y el Sevilla se acercaba al gol hasta que éste llegó de la manera más insospechada ante un equipo de la Premier, pues se supone que allí dominan la suerte como nadie: a balón parado. Sirvió Acuña y la empaló a la red Munir (1-0, 60') en el segundo palo para volver loco a un entregado Sánchez-Pizjuán, que transmitió energía desde el principio porque sabía las dificultades con las que su equipo afrontaba el encuentro.

No tenía más remedio que estirarse el West Ham pero lo hizo sin demasiada convicción. Apenas un jugada con peligro dentro del área, en la que Navas estorbó un remate franco. Fue Ocampos, de hecho, el que gozó de las dos mejores ocasiones para haber ampliado el macador pero sus disparos salieron cerca de los palos de Areola. La amarilla que vio el argentino le hará perderse por cierto la vuelta, única mala noticia en otra noche europea para la esperanza de un Sevilla que necesita recomponerse como sea.

Entradas populares