Confiscado el velero más grande del mundo en Italia a un ruso

Es propiedad de Andrey Igorevich, se conoce con el nombre 'S y A', mide 142 metros de eslora y 25 metros de altura, y tiene un valor de 530 millones de euros.

Laura Martin Sanjuan
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El yate a vela más grande del mundo ha sido retenido por Agentes de la Guardia de Finanzas de Italia. Es propiedad del oligarca ruso Andrey Igorevich Melnichenko. El oligarca ruso es propietario de los dos megayates únicos diseñados por Philippe Starck; fue construido por el astillero alemán Nobiskrug y entregado en febrero de 2017.

El oligarca ruso Igorevich, con una riqueza estimada de 16 mil millones de euros y que ocupa el puesto número 95 en la lista mundial de millonarios de la revista Forbes, es presidente de la Comisión de Minería de la Mesa del Consejo de Administración la Unión Rusa de Industriales y Empresarios, según Corriere della Sera.

El empresario fundó empresas que incluyen un productor de fertilizantes, un productor de carbón, un generador de energía y un exportador de tuberías, gastando más 400 millones de dólares en el velero, y en otro del mismo diseñador pero más pequeño.

Así es el velero

En el año 2008 Melnichenko se reunió con ocho de los más prestigiosos diseñadores del mundo para trazar las líneas básicas de su nuevo proyecto, el velero privado más grande del mundo. Eligió a Philippe Starck, con quien ya había trabajado en el diseño de su superyate 'A'.

Melnichenko puso el proyecto en manos de Dirk Kloosterman, un veterano de la industria de la construcción de superyates que también había participado en la construcción del M/Y A, y le dió un presupuesto de 450 millones de euros. El astillero capaz de llevar a cabo la construcción del nuevo buque fue el de Nobiskrug, en el fiordo de Kiel, en Alemania.

El 'Sy A' mide 142 metros de eslora y 25 metros de altura. En los últimos días, la Policía italiana ya había incautado otros barcos y a ciudadanos rusos vinculados al círculo del presidente Vladimir Putin. En el interior hay ocho cubiertas unidas por ascensores, con capacidad para alojar cómodamente a 54 tripulantes y 20 pasajeros.

El mástil principal es tan grande, que tiene una pequeña habitación en su interior, y el yate puede alcanzar una velocidad máxima de 24 millas por hora. Está construido en acero, y la superestructura está formada de materiales compuestos reforzados con fibra de carbono. Nada sobresale de la superestructura más allá de los tres grandes mástiles: ni equipos de cubierta, ni candeleros, ni el ancla, todo ello está escondido bajo escotillas a ras con las cubiertas o los costados.

Los tres grandes mástiles, de 90 metros de alto, son unas de las estructuras construidas en fibra de carbono más grandes del mundo, y son capaces de soportar los 3.700 metros cuadrados de superficie vélica del buque.

La empresa británica Magma Structures utilizó 370 capas de fibra para dar forma a cada una de las cuatro secciones que componen los palos (inferior, superior, babor y estribor). En su interior hay toda una red de sensores de fibra óptica que recogen información para el mantenimiento y la optimización del uso de las velas.

Cómo se confisca un barco

Según fuentes de diferentes puertos de Mallorca consultados por Diario AS, para confiscar un barco la Guardia Civil haría como en una vivienda, pondría la cinta blanca con sus credenciales. En teoría, nadie puede entrar ni llevarse el barco, pero no se le puede poner un cepo al uso, por lo que se confía en que esa advertencia sea suficiente.

Es precisamente Mallorca uno de los destinos donde ahora mismo hay un yate de origen ruso en ‘reparación’, porque trabajadores del astillero afirman que lleva ya muchas semanas y no parece que vaya a salir pronto. En el Real Club Náutico de Palma de Mallorca no tienen cabida por la envergadura, sí en cambio estos mega yates podrían estar en Port Adriano, o en Port Portals, o en Club de Mar.

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