Boca, el equipo de todos (los que se pelearon)

Los conflictos de Almendra y Varela son apenas algunos de los muchos que tuvo esta dirigencia desde que asumió sus funciones. Acá están, uno por uno. ¿Cuándo se terminará esta historia?

Andrada: luego de querer imponerlo como líder positivo (si algo no tenía el Flaco era liderazgo), lo dejaron tirado en Ecuador con un positivo de Covid-19 y ni siquiera le mandaron un avión sanitario. Regresó en vuelo de línea, ya negativo, y tuvo que seguir la cuarentena en el país. Fue el fin. El Consejo andaba con intenciones de potenciar a Rossi y terminó deshaciéndose de un arquero de selección.

Buffarini: el problema fue por el contrato. No se pusieron de acuerdo e hicieron público un comunicado anunciando que se iría a la finalización de su contrato cuando faltaban ¡nueve meses! A partir de ese momento, jugó sólo en contadas ocasiones y ante extrema necesidad, por más que no hubiera un reemplazante claro (Russo debió inventar a Capaldo en su puesto). Hombre muy cercano a Tevez.

Weigandt: prestado a Gimnasia al principio de la gestión, el pibe rindió y lo trajeron de vuelta. Pero... Cometió el error de ganarle el puesto a Advíncula, una incorporación del Consejo. Una lesión lo postergó y encima ahora trajeron a Figal, con lo que el juvenil quedó más relegado y en algún momento se plantó pidiendo salir.

Zambrano: el peruano, presentado en el primer mercado como un refuerzo de categoría, utilizó el lugar de concentración del club para divertirse en diciembre pasado. Las fuentes que lo delataron hablan de mujeres y alcohol. También estuvieron involucrados en el episodio, aunque con distinta responsabilidad, Cardona y Villa. Si hubo sanción, no se la notó porque es habitualmente suplente debido a su bajo rendimiento. Battaglia intentó encubrir el hecho hablando de "intoxicación".

Varela entrenamiento Boca 2022

Lisandro López: uno de los preferidos de la gente, de buen rendimiento -una de las mejores duplas centrales de América con Izquierdoz-, nunca quedó claro por qué un día quedó fuera de la consideración de Russo y más tarde de Battaglia. Era uno de los líderes del vestuario desde la era pre Riquelme y hombre que llevaba la voz cantante en la pelea por los premios. Fue utilizado como moneda de cambio para el regreso de Pipa Benedetto.

Pol Fernández: otro caso de problema de contrato y comunicado. No hubo acuerdo en la negociación y el Consejo lo expuso en público. Lo colgaron tres meses antes de que finalizara su vínculo a préstamo y tanto él como su padre fueron destratados. Tevez y Russo hablaron en su momento de la inconveniencia de su salida. Volvió en el último mercado, lo que marca de algún modo un reconocimiento tardío de aquel error por parte de la dirigencia.

Varela: promovido por Russo como una solución a los problemas de juego del medio, perdió terreno lentamente. Alguna vez posteó que "el tiempo pone las cosas en su lugar" sin llegar a un enfrentamiento abierto. Sancionado ahora por actos de indisciplina repetidos y reñidos con el profesionalismo, como no presentarse en condiciones a un entrenamiento.

Almendra: antes de este escándalo en el que trató de títere a Battaglia, expresando en voz alta lo que piensan varios en el grupo, tuvo varios conflictos. Por ejemplo, irse del club y negarse a jugar, peleado hasta con la vida. En su momento lo rescató Rojo, una suerte de padrino, con el que se lo vio jugando fuerte un picado en el barro antes de un partido oficial. Un chico con muchos conflictos que en los últimos años cambió de representante cuatro veces. 

Cardona: sin contar las veces que se peleó con la balanza y más allá de las constantes lesiones, tuvo un enfrentamiento fuerte cuando eligió irse de vacaciones con su familia tras la Copa América en lugar de reintegrarse al club para jugar los octavos de la Libertadores contra el Mineiro. Pese a eso, y luego de una sanción leve, volvió a jugar.

Pavón: el primer conflicto fue hacerlo volver de Estados Unidos (estaba a préstamo) rechazando una muy buena oferta de LA Galaxy para comprarle parte del pase. El padre habló pestes del Consejo por cómo los trataron a él y a su hijo, que necesitaba operarse para seguir jugando. Luego de la intervención, el cordobés se reintegró y jugó, hasta que nuevamente fue dejado de lado por no arreglar su continuidad. Quedará libre en breve.

Zárate: también tuvo problemas para renovar su contrato y pidió una cláusula de rescisión para anticipar su salida en caso de tener alguna oferta. Se fue antes de terminar su vínculo.

Ábila: Otro que pagó su amistad con Tevez. Pese a que -con sus lesiones a cuestas- tenía un gran promedio goleador y Boca no tenía 9 (o tenía a Soldano, que es lo mismo), forzaron su salida a préstamo a Estados Unidos. A su vuelta, siguió apartado hasta que, en medio de un escándalo por redes sociales en el que le dio un ultimátum al Consejo y hasta invitó a pelear a sus integrantes, fue transferido a Colón.

Tevez: el caso más emblemático. Fue acosado por apoyar a la dirigencia anterior, lo trataron de ex jugador públicamente (Bermúdez y Cascini), tuvo problemas para renovar su contrato, le fueron sacando del plantel a su gente cercana (Bebelo, Wanchope, Buffa) hasta que tanto desgaste surtió efecto y se fue. No volvió a jugar por el momento. Se plantará políticamente en la vereda de enfrente de Riquelme en las próximas elecciones.

Tevez

Villa: el jugador con conflictos más delicados. Acusado por violencia de género, fue separado del plantel primero sin que la Justicia se hubiera expedido y reincorporado más tarde, también sin mediar fallo. Pidió hasta el hartazgo ser vendido pero la dirigencia -aun declarando de forma permanente que no quiere en el club jugadores que prefieran no estar- rechazó cada una de las ofertas que llegaron. Hasta que el colombiano se escapó a su país justo en la previa de un superclásico. Luego de un castigo leve, volvió a jugar por sus condiciones.

Russo: el Consejo se desencantó de él tras una bochornosa eliminación en semis de la Copa a manos de Santos. Desde aquel momento, operaron contra el técnico y, al no lograr su renuncia, lo echaron.

Battaglia: era el reemplazante que Román ya había previsto para cuando terminaran los días de Russo como DT del club. Llegó como interino, a prueba hasta fines del año pasado, y fue confirmado porque es funcional al Consejo. Riquelme le copó el vestuario haciendo incluso que algunos jugadores se bajaran del micro. Al León no le gustó nada y hasta le mandó al vice un mensaje en una nota periodística.

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