Banfield ganó con un golazo de Luciano Lollo y por los pulmones de Giuliano Galoppo
En el Sur, el equipo de Dabove fue muy superior y se impuso 1-0 ante un Lanús que le cuesta generar juego y sufre atrás
El gol lo hizo Luciano Lollo, tras un córner ejecutado desde la izquierda por Urzi, en el cuarto testazo de Banfield en los primeros 20 minutos del segundo tiempo. Antes el propio Lollo y Galoppo, un mediocampista muy completo y con alma de 9, habían tenido la diferencia, pero Monetti lo había evitado. Otro cabezazo, de Alvarez, había sido salvado por el 1 local. Pero el cuarto fue gol, el de Lollo. Golazo. Galoppo empuja y se desdobla, pisa el área y ya suma 23 remates en el campeonato, una estadística de centrodelantero.
El primer tiempo fue de estudio y ambos entrenadores mostraron el trabajo de la semana, con algunos retoques de la estructura general. Jorge Almirón sorprendió no sólo modificando el esquema, sino también cambiando algunos roles. Nicolás Pasquini apareció como lateral izquierdo, Ignacio Malcorra (que se venía desempeñando como wing izquierdo en un 4-3-3) se movió como falso 10, detrás del centrodelantero José López en un 4-2-3-1; y Alexander Bernabei, habitual lateral por la izquierda, surgió más adelantado por ese sector.
Diego Dabove hizo lo propio en un Banfield que se movió (fluctuante) dentro de los esquemas 4-1-4-1 y 4-4-2, según tomaba las salidas de Lanús. El eslabón que se movió como un segundo delantero (además del 9, Cruz) fue Erik López, que se desdoblaba hacia adelante partiendo como un interior por la derecha. Urzi, posicionado entre volante y wing derecho, pareció incómodo y casi no tuvo participación ofensiva en la primera etapa. En la segunda, tuvo una volea clarísima que pudo ser el 2-0, pero falló la definición.
Lo que sorprendió fue que Banfield no presionó alto de manera sistemática pero (cuando lo hizo) le generó las dos chances más claras. La primera a los 23 minutos, con un remate a colocar de Giuliano Galoppo desde afuera del área que dio en el travesaño y picó afuera de la línea del arco de Monetti. La segunda, con una presión sobre la izquierda que derivó en un pase de Cruz para Erik López que definió débil con la derecha, pero desde una buena posición.
Lanús no tuvo capacidad de elaboración, pero sí garra para intentar tomar el protagonismo desde la posesión. Y con voluntad y empuje generó córners que (en la primera etapa) no aprovechó desde las ejecuciones de Malcorra –un especialista- para las alturas de Braghieri, José López, Belmonte y Matías Pérez. Al margen de eso, lo más peligroso del granate (poco) fueron dos buscapiés de Angel González desde la posición de wing derecho que no llegaron a conectar Belmonte y López.
En la segunda etapa, el ingreso de Diego Valeri (en lugar de Bernabei) le dio un mejor juego al local, aunque las chances más claras iban a ser para el Taladro. Lollo, con un cabezazo tras un córner abierto de Urzi con zurda que salvó muy bien Monetti. Lanús, con la posesión del 55%, encontró mejores pases desde Valeri; y por esa vía apareció José López con un zurdazo que desvió Bologna, pero eso terminó siendo casi lo único.
Lo mejor del partido
El Taladro volvió a inquietar por arriba y transformó en una de las figuras a Monetti: primero con un cabezazo de Galoppo y otro cabezazo de Alvarez, a los 19, tras un centro pasado al segundo palo de Domingo. Y llegó de arriba el 1-0. Tras otra pelota parada, esta vez fue Luciano Lollo, de cabeza y entrando desde atrás, tras un córner de Urzi desde la izquierda. Un gol en el que participó también Galoppo con una maniobra de distracción.
Almirón recurrió a la experiencia y mandó a la cancha a José Sand (41 años); también al juvenil Orozco. De esta manera, el ataque de Lanús quedó conformado con Sand, López y Orozco. Al local le costó tener la pelota arriba, pero el problema parecía tenerlo en su defensa. Cada aproximación de Banfield, podía lastimarlo. Y promediando los 30 minutos, el Taladro se imponía en situaciones de riesgo 7-2 (al final fue 9-2). La única buena noticia para Lanús era que sólo perdía por un gol.
Lanús terminó regalado defensivamente y con Monetti como su mejor jugador. Tantas veces cuestionado su arquero por las ventajas que a veces da con el juego desde abajo, en este clásico se lució con varias atajadas, como un achique sobre Matías Romero tras un pase filtrado de Cvitanich.
Banfield, ordenado defensivamente, fue jugando con el reloj y esperaba la oportunidad para un estiletazo final. Lo tuvo con un derechazo que se fue por encima del travesaño Galoppo, ese volante mixto con alma de 9 y que remata a los arcos rivales con estadísticas de centrodelantero. No le salió el tiro del final, sino el triunfo hubiera sido por 2-0, un resultado que se hubiera acercado más a los méritos de unos y otros.