Ancelotti les volvió locos

Carlos Carpio
Marca
Del Clásico más intrascendente de los últimos años nadie sale tan señalado como Carlo Ancelotti. Hay derrotas y derrotas. La de anoche es de las que no se olvidan en los despachos del club pensando en el futuro. No por la contundencia del resultado, que pudo acabar en una goleada todavía más sangrante de no ser por Courtois. Tampoco por la enorme diferencia que se percibió entre el italiano y un Xavi Hernández que anoche se doctoró en el Bernabéu con una actuación magistral de su equipo y suya desde el banquillo. Lo que deja muy tocado a Carletto es la evidencia de que con su planteamiento inicial perjudicó claramente al Real Madrid y con sus decisiones tras el descanso lo empeoró todavía más. Y mira que era difícil de empeorar. Después del partido reconocería su error en la estrategia, lo que le honra. El italiano es un hombre de principios en las buenas y en las malas.

Para intentar paliar la baja de Benzema, su mejor jugador, la estrella de esta Liga y el máximo goleador del equipo al técnico blanco no se le ocurrió mejor idea que 'perder' también a su mejor centrocampista mandándole a presionar en punta en una posición desconocida para él. Fue un 2x1: además de sin Benzema, se quedó sin Modric y de paso descolocó a todo su equipo. ¿No tenía a nadie mejor para suplir a Karim o al menos más inocuo para el orden del equipo? Es evidente que Mariano y Jovic no le valen, algo que resulta comprensible a la vista de su rendimiento. ¿Pero qué pasa con Bale? ¿Por qué ni siquiera entró en la convocatoria (dijo el técnico que "no se encontraba bien") cuando todos sabemos que el jueves va a jugar con Gales frente a Austria? ¿Y con Hazard?

No es la primera vez que Ancelotti decide entregar la iniciativa al rival y esperar atrás para intentar salir a la contra. Pero una cosa es hacerlo en el Parque de los Príncipes ante el PSG y otra en tu propio estadio ante un Barcelona en reconstrucción futbolística, económica y anímica. El Bernabéu no acepta semejante síntoma de mediocridad.

Pero aunque volvió locos a los futbolistas con su planteamiento y tras el descanso con una defensa de 3 que provocó dos uno contra uno en dos minutos porque era un suicidio, tampoco sería justo que los jugadores se fueran de rositas. La sensación de falta de intensidad que dieron todos excepto Courtois, empezando por los centrales y por Carvajal, no es culpa de Ancelotti.

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