Un Oblak de cristal

Volvió a encajar como siempre en esta temporada: al primer disparo. Mejor los centrales, sus guantes, uno de los flancos por los que desangra el Atleti.

Patricia Cazón
As
Los octavos de la Champions llegaron al Metropolitano y el Atlético se abrazó a ellos con un puñetazo en la nariz. En la cara de Rangnick, en todo plan del United. Planteamiento impecable del Cholo Simeone desde la pizarra, desde las piernas de sus jugadores. Lodi, Kondogbia, Herrera. El Manchester superado, rebasado, anulado, borrado. Marcó João Félix, 1-0, faltaba el gol que confirmara, una sentencia más firme, el reflejo del juego en el marcador. Pero el partido acabó 1-1. Empató el United. Y todo porque encontró un hueco donde todos los demás lo hacen: el traje de Oblak. La tendencia del Zamora en cinco de los últimos seis años en LaLiga esta 21-22 es así, peligrosamente así: un disparo, un gol. Al primero ya queda tendido en la hierba. En la Champions no fue menos.


Instalado en un preocupante 50% esta temporada, uno de cada dos disparos que recibe es gol, es el portero que menos para de Primera División. Una tendencia que se traslada a Europa. Sólo una vez en todos los partidos que el Atlético ha disputado esta Champions se quedó a cero. Y fue hace, y sucedió muy lejos: septiembre, primera jornada de fase grupos, 0-0 ante el Oporto. Después, sus guantes siempre se fueron con muesca. Una ante el Milan, tres ante el Liverpool, otros dos en Anfield, otro italiano y un último del Oporto, hasta el de ayer, el de Elanga, el gol del United cuando el Atleti sólo merecía ganar.

Porque lo hizo, merecerlo. Kondogbia imperial, Herrera tremendo, Lodi absoluto, João a lo João... Y todos los adjetivos que se vengan a la cabeza. Pero no remató, pero faltó el último pase. Y por dos veces el Atleti se estrelló con los palos. Y la primera vez de verdad que Oblak se vio ante los ingleses naufragó. Le echó una mano al cuello Reinildo, insuperable 79 minutos, en el 80 perdió la marca. Bruno Fernandes encontró a Elanga y Elanga no tuvo que hacer demasiado para encontrar la red. Disparar y ya, disparar sin demasiada fuerza, si quiera. Oblak se quedó a medias, Oblak no supo si salir o no. Oblak quedó otro partido más tendido en la hierba. Sólo en 9 de 47 partidos dejó su portería a cero esta temporada. Tan poco para un portero tanto, que aspiraba a la historia en esta 21-22: ser el único Zamora seis Ligas.

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