Tres jugados, tres ganados: el gran comienzo de Estudiantes en la Copa de la Liga Profesional sumó a Lanús como víctima

Sin perfección pero con merecimientos, el conjunto pincharrata gana y hace rugir a sus hinchas; con ese envión llega a la etapa preliminar por la Copa Libertadores

El Pincha venció por 2-1 a Lanús y suma 9 puntos en tres partidos. En un encuentro dotado de más imprecisiones que de virtuosismo, Mauro Boselli (penal) y Leandro Díaz convirtieron para el local, en tanto que Matías Pérez descontó para el granate. Gran triunfo para el conjunto dirigido por Ricardo Zielinski, justo antes de su debut por la Copa Libertadores.

Compacto de Estudiantes 2 vs. Lanús 1

El primer tiempo resultó chato. Ninguno de los dos escapó de la medianía. El campo de juego de UNO –otra vez en mal estado– fue un obstáculo, pero no un único problema. En Estudiantes aparecieron poco los encargados de asistir a los delanteros: Manuel Castro y Matías Pellegrini desbordaron escasamente, y Fernando Zuqui participó con intermitencias. Lanús, por su parte, exhibió un inconveniente mayor: se mostró atado y se acercó poco al arco ajeno.

En los primeros 45 minutos no sucedió mucho. Las defensas completaron mejores desempeños que los ataques y eso provocó que escasearan las situaciones de riesgo. A pesar del flojo nivel ofensivo generalizado, el Pincha se las ingenió para llegar tres veces con peligro. En la primera, Gustavo Del Prete le pegó muy mal a la pelota; en la tercera, el remate de Manuel Castro salió apenas ancho.

¿Y la segunda? La segunda fue la apertura del marcador. Un gol polémico. Yonathan Cabral, con un brazo despegado, tocó el balón en el área y Patricio Loustau sancionó penal. Hasta entonces, nada raro. Lo que instaló la duda fue que el defensor pareció esforzarse para no tocar la pelota y, pese a su intención, interfirió en el recorrido. Una jugada de interpretación muy fina. Con el mismo reglamento se puede justificar o reprochar la decisión de un árbitro que no dudó. Como tampoco dudó Boselli, que le dio con potencia para poner a Estudiantes 1-0 arriba.

Matías Pellegrini es encerrado por la línea y Brian Aguirre; detrás, Jorge Almirón, el entrenador de Lanús.
Matías Pellegrini es encerrado por la línea y Brian Aguirre; detrás, Jorge Almirón, el entrenador de Lanús.Fotobaires

Más allá de esas tres ocasiones de las que dispuso Estudiantes, en la etapa inicial ambos equipos dejaron la misma sensación: evidente dificultad para lograr profundidad. En el local Jorge Rodríguez aportó criterio y buena circulación, pero faltaron jugadores que rompieran el molde. En Lanús la pareja José Sand-José López pareció desconectada del resto; los laterales-volantes se proyectaron poco, los del medio no gravitaron y el dúo quedó aislado.

El segundo período comenzó con una tónica similar: intensidad, fricción, imprecisiones. En el cuarto de hora inicial no hubo siquiera una aproximación a un arco. Como si Mariano Andújar y Fernando Monetti fuesen dos espectadores entre veinte futbolistas que corrían, chocaban y jamás se acercaban a ellos.

Cuando no ocurría nada, un intento de centro de Castro se cerró demasiado y Monetti tuvo que mandar la pelota al córner. De casualidad, Estudiantes casi amplió la ventaja. Unos minutos más tarde, sí construyó un buen avance; el problema fue que el ingresado Franco Zapiola, casi debajo del travesaño, remató por arriba de éste.

El estadio Uno lució mejor en las tribunas pobladas que en el césped y Estudiantes responde a sus hinchas: tres triunfos en tres compromisos.
El estadio Uno lució mejor en las tribunas pobladas que en el césped y Estudiantes responde a sus hinchas: tres triunfos en tres compromisos.Fotobaires

Lo que no hizo Zapiola fue hecho por otro que también había entrado hacía algunos minutos: el Loco Díaz. Tras una falla defensiva de Lanús, el atacante realizó todo bien. Paró el balón, se acomodó, enganchó y sacó un tiro potente que se incrustó en un ángulo. Un 2-0 exagerado, es cierto, aunque lógico si se toma en cuenta lo poco que había mostrado el cuadro granate. Más que un premio para el Pincha, la diferencia de dos era un castigo para la visita.

El conjunto entrenado por Jorge Almirón parecía entregado. Casi no mostraba señales vitales. Sin embargo, en el primer avance a fondo Lanús consiguió el descuento: tiro de esquina desde la izquierda, cabezazo de José López para bajar la pelota y definición de Matías Pérez para el 1-2. De golpe, el visitante tenía esperanza. Una ilusión que no procuró... y que tampoco supo alimentar en los instantes finales.

En el cierre el local no ofreció nuevos huecos, su adversario no volvió a inquietarlo y el tiempo se evaporó. Estudiantes ganó, suma tres victorias en fila en el inicio de la Copa de la Liga y llega entonado a lo que tanto le gusta: la Copa Libertadores.

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