Pedri dirige un arsenal
La capacidad de ataque del Barça, que volvió a marcar cuatro goles por tercer partido seguido, impresiona. Dembélé se suma a una fiesta que dirige un Pedri fabuloso.
El saque de esquina lo botó Alves, Piqué remató al larguero y el rechace lo empalmó con tanta belleza como dificultad Aubameyang al fondo de la red. Lo de marcar goles también es un oficio. Y el gabonés, tiene oficio.
El 1-0 abría el cielo a los blaugrana, que se fueron al descanso más tranquilos, pero no había que olvidar que el Athletic tenía en el banquillo mucha pólvora. Casi tanta como el Barça.
En el inicio de la segunda parte entraron Iñigo Martínez y Sancet por los tocados Raúl y Yeray. Pero más allá de los cambios de hombres, lo más significativo fue el cambio de actitud del Athletic, que empezó a dificultar la salida de balón del Barça, que veía como seguía sin poder matar el partido. Ferran siguió fallando (una falta y un disparo) y Xavi le cambió por Dembélé, que volvió a ser recibido con pitos, pero que cambió a los cinco minutos por aplausos con un golazo que daba oxígeno a un Barça que empezaba a ponerse nervioso ante las acometidas de Sancet y Nico Williams.
A partir de ese gol, el Barça recuperó el mando moral del partido y empezó a gustarse hasta el punto que Pedri regaló al mundo un caño de espaldas de tacón sobre Balenciaga, que se ha librado de Messi, pero al que le ha caído ahora el tinerfeño. Pedri siguió con su recital y de una jugada suya llegó el centro de Dembélé que sirvió para que Luuk marcara el tercero. El francés, desatado, también sirvió el cuarto para Memphis en el descuento. Se declara el estado de optimismo.