OSASUNA 0 - ATLÉTICO 3 / El Atleti despierta
Los rojiblancos ganan con contundencia en El Sadar. El gol de João, en el 3', dio la tranquilidad. Suárez marcó desde 38,5 metros. Correa cerró. Sin regreso de Griezmann.
De ahí el gesto con el que compareció. Nada de jugar con el reloj, de dejar pasar minutos. Al segundo minuto, un córner. Al tercero, otro. Y el gol. Porque João celebraba su partido cien rojiblanco con la ambición de convertir palabras en hechos. Pero es que João respira El Sadar y aprieta el gatillo. Cuatro goles llevaba allí hasta ayer. Cinco fueron después de ese saque de esquina de Carrasco: Suárez distrajo y Herrera despejó horrible. La pelota le cayó como del cielo al portugués que, solo y a placer, al fondo de la red envió.
Fue después del último que despertó de nuevo el Atleti. El balón dejó de durarle lo que un caramelo en la mano de un niño. No era un desastre, lo del Levante, la infamia. Pero, ahora, si el gol de João había calmado los nervios, Herrera le cambiaría el gesto. Ayudas a Koke, libertad a Llorente en su subir y bajar. El 4-4-2 inicial había mutado a 5-3-2, el mexicano era el orden y el juego, la tranquilidad. Sin dejar que Osasuna agobiara, acabó con las balas a Oblak. Mientras, João trataba de escapar al freno de cada partido. Las patadas al tobillo, las faltas y tarascadas con tan poco castigo: al descanso, sólo el Chimy amarilla. Antes del descanso, un córner rematado por Budimir, Moncayola desviaba al palo. Lo siguiente fue un milagro de Oblak, una parada de pecho. El descanso llegó con Osasuna apretando pero el Atleti mirando la madera y pensando que, quizá, ha cambiado su suerte.
La reacción de Arrasate fue un triple cambio y el 4-4-2. Kike se deja notar nada más pisar la hierba con un disparo potente sobre Oblak. El portero embolsó. Osasuna apretaría los últimos veinte minutos con un constante balones al área. Pero ahí estaba Reinildo, soldado del Cholo, de los de antes, fuerte, duro, el orden en una defensa que no fue verbena. Resistió el Atleti, recuperada parte del alma que parecía perdida hace tres días. Sin encajar, sin necesidad de sacar siquiera a Griezmann, con el siempre sumar de Javi Serrano. Con el broche que le puso Correa. Despertando a tiempo, quizá. Justo antes del United. Y en los puestos de Champions.