La batalla del estilo se libra en Mestalla

Xavi critica las pérdidas de tiempo ante la visita del Barça al Valencia, el equipo con menos minutos efectivos de juego y que más faltas hace

Jordi Quixano, El País
Cuando el área deportiva del Barcelona le preguntó a Xavi por su disponibilidad e idea de fútbol, el preparador fue claro. “Es el momento”, convino para aceptar el cargo, al tiempo que explicó que quería que su Barça volviera a los orígenes, a hablar con la pelota entre los pies, pues siempre bebió de las fuentes cruyffistas y guardiolistas. “Hay dos maneras de jugar al fútbol: se puede hacer con un juego físico y directo o con el toque y la asociación. Ambos son válidos y se puede ganar por las dos vías. Pero a mí me gusta pasar, filtrar la bola, elaborar, estar más en contacto con la pelota”, resolvía el preparador azulgrana para este diario hace unos años. Pero no todos comprenden el fútbol desde el mismo prisma y en sus antípodas está José Bordalás, ahora técnico del Valencia y rival este domingo (16.15, Movistar) en Mestalla.

La voluntad de Xavi por cuidar al balón y por tenerlo, por lo que él entiende por proteger el fútbol, se hizo evidente esta semana después del encuentro ante el Nápoles —un empate a uno que deja abierta la eliminatoria del playoff hacia los octavos de la Liga Europa—, cuando expuso sus argumentos. “Yo establecería un tiempo efectivo en el fútbol, así se acabaría con la simulación, con la pérdida de tiempo y con la trampa. No sé si 30 o 32 minutos de tiempo efectivo, no hay casi ningún deporte con ese tiempo real. Pero así se terminarían todos los debates y sería más justo. Si has de perder tiempo, ve al córner como hacía el Lobo Carrasco. Para mí no es picardía perder tiempo, es ser crápula”, resolvió Xavi. Aunque este sábado matizó: “No me refería al Valencia, no señalaba a nadie. Bordalás me parece un entrenador fantástico. Ellos juegan más directo, pero me gusta la intensidad, el ritmo, la agresividad bien entendida, ganan segundos balones”.

Pregona con el ejemplo el técnico azulgrana porque el Barça es el tercer equipo que más tiempo efectivo juega en la Liga (54,7% de media por envite) —empezó el curso con Koeman en el banquillo y su idea no era tan arraigada—, solo por detrás del Madrid (58,4%) y el Villarreal (55,1%). En el lado contrario de la tabla está el Valencia, que solo juega el 48,6% del tiempo, el último precedido por el Mallorca (49,5%), que son los dos únicos conjuntos de los 98 que integran las cinco grandes Ligas europeas (la Liga, Premier, Bundesliga, Serie A y la Ligue 1) que juegan menos de la mitad de tiempo real.

“No conozco a ningún equipo que cuando va ganando se dé prisa. Si alguien conoce a alguno en la historia que me lo diga”, resolvió Bordalás para responder a sus críticos y también a Marcelino, técnico del Athletic, con el que ha mantenido un rifirrafe dialéctico tras el encuentro de la semifinal copera porque el rojiblanco señaló que jugó “muy poco”. Xavi, cuando el resultado es favorable y quedan pocos minutos, no pide interrupciones o pérdidas sino que sus jugadores alarguen las jugadas con el balón entre los pies. Bordalás lo ve distinto y, consciente de las críticas al estilo y a esas faltas o interrupciones que tratan de cortar el ritmo, añadió: “Eso es un comodín que tienen algunos para justificarse. No tenemos una forma de jugar distinta; tenemos nuestras señas y es algo que se dice para intentar quitar mérito a estos profesionales”.

Los guarismos indican que el Valencia es el que más faltas comete de la Liga (411 con una media de 17,1 por encuentro), con mucha diferencia sobre sus inmediatos perseguidores, pues el Getafe acumula 371 y el Levante, 359. Un dato, en cualquier caso, que gobiernan los equipos de Bordalás porque su Getafe lideró la estadística de faltas cometidas en los últimos tres años: 16,4 de media por choque en el curso anterior; 18,4 hace dos; y 17 hace tres. Así que tampoco es de extrañar que el Valencia sea el conjunto que más cartulinas ha visto en la competición (86 tarjetas amarillas y 5 rojas, seguido por el Getafe con 73 y 3; lejos de las 49 y 5 del Barcelona).

La picaresca está a la orden del día en la Liga, el campeonato con menos tiempo real de juego de las grandes competiciones domésticas europeas, un 54% del tiempo total, mientras que en el resto de torneos no se baja del 60%. El torneo español está también a la cola en número de remates por partido: 10, casi dos menos que la Bundesliga.

A Xavi le chocó, y hasta molestó a su llegada, que sus jugadores no supieran desenvolverse con soltura con el juego de posición, una deficiencia que veía incomprensible para La Masia, que siempre formó a jugadores bajo este patrón. Solo Pedri era el que giraba el cuello y tenía en el entrecejo el concepto de percepción, de saber dónde estaban los compañeros antes de recibir el balón, lo que le da segundos y espacios de más para poder expresarse en el campo rival y ante contrarios que los niegan por definición.

“Circulación alta”

Eso es, precisamente, lo que ha tratado de trabajar Xavi durante estos días, casi siempre ayudado por el trabajo individual que hace sobre los futbolistas. “Para este partido, necesitamos que se levante la cabeza más que nunca”, conviene un técnico de la ciudad deportiva. Xavi remarcó la idea en la sala de prensa: “Creo que tenemos que imponer mucho ritmo, circulación alta. Es cierto que el Valencia impone mucho ritmo, intensidad, y eso dice mucho del buen trabajo de Bordalás, que con otro estilo me parece un gran entrenador”.

Por eso, el mensaje que ha remarcado el cuerpo técnico del Barcelona estos días ha sido que hay que jugar muy rápido. “Nuestros jugadores tienen que lograr una circulación rápida, de pocos toques. Se trata de que la pelota vuele a toda velocidad”, explica un preparador azulgrana. 


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