Independiente va por Lucas Rodríguez: lo dejó ir, buscó varios jugadores para reemplazarlo y ahora le pide que vuelva
Lucas Rodríguez se reincorporaría, en una cruda demostración de la crisis económica y deportiva del club
A su llegada al club, Eduardo Domínguez dejó en claro que, conociendo el escenario al que se enfrenta, su intención en esta ventana es contratar un extremo, un delantero y un lateral por cada banda. Batallini y Fernández encajan dentro de esta descripción, aunque el Rojo todavía se encuentra negociando por Martín Cauteruccio para ofrecer mayor garantía de goles, mientras que Alex Vigo (River) y Víctor Salazar (Olimpia de Paraguay) son los apuntados como marcadores de punta derecha. En todos los casos, incluyendo los que sí se pudieron concretar, las negociaciones han sido extensas y llenas de complicaciones.
No obstante, de todas las novelas que protagonizó el club de Avellaneda durante este mercado de pases quizá no haya ninguna más emblemática de su doloroso presente que sus intentos por reforzar la banda izquierda de su defensa. El año pasado se disputaron el puesto los surgidos de las inferiores rojas Gastón Togni y Thomas Ortega, de rendimientos inconsistentes, y Lucas Rodríguez, que llegó a mediados de 2020 desde Tigre, pero que apenas pudo jugar un total de 31 partidos en el Libertadores de América por su largo historial de lesiones, y cuyo vínculo no fue renovado una vez que finalizó en diciembre.
La decisión de no extender su estadía en Avellaneda era más que lógica. A pesar de haber demostrado el nivel más correcto de los futbolistas en su puesto, Rodríguez ni siquiera fue convocado en 17 de los 28 partidos que disputó Independiente en el último semestre, a raíz de sus constantes problemas en la zona de la ingle. Domínguez y el asesor deportivo Daniel Montenegro salieron entonces al mercado a buscar un reemplazo de mayor garantía de juego, pero resultó ser una tarea mucho más difícil de lo previsto.
El primer jugador que el club quiso incorporar fue Leonel Vangioni. El exRiver había pactado su salida de Libertad de Paraguay y tenía pensado regresar al fútbol argentino a los 34 años, por lo que Independiente fue uno de los primeros equipos que le acercó una oferta. Sin embargo, una vez que Newell’s, el equipo en el que se formó, mostró interés en él, el Piri no dudó, y su regreso a Rosario se oficializó el 11 de enero.
El club de Avellaneda entonces giró su atención hacia Elías Gómez, de Argentinos Juniors. Luego de que las negociaciones por Batallini llegaran a buen puerto, el Diablo parecía haber sellado una vez más un acuerdo con el presidente Cristian Malaspina para firmar la llegada del santafesino, pero un ofrecimiento de último momento por parte de River fue suficiente para que el lateral cambiara de parecer y se sume sin dudarlo al conjunto de Marcelo Gallardo. El movimiento generó mucho malestar para con el Millonario, que fue potenciado por acusaciones cruzadas entre el jugador y Domínguez.
Con el paso del tiempo, Domínguez y Montenegro debieron medir sus expectativas de quién podría llegar al Libertadores de América. Intentaron hacer un esfuerzo por Milton Valenzuela, también surgido de Newell’s, que militaba en el Columbus Crew de la MLS. La gestión nunca iba a ser fácil por la preferencia del rosarino por encontrar un destino europeo, expectativa que se cumplió cuando pasó al FC Lugano de Suiza, donde será compañero de su compatriota Ignacio Aliseda.
Lo que dejó a Independiente con Andrew Teuten, un candidato de menor perfil que los anteriores, pero que implicaría un trabajo más ameno para su contratación. Las negociaciones con el Montevideo City Torque llegaron a buen puerto y el uruguayo parecía dispuesto a cruzar el Río de la Plata para llegar a Avellaneda. O eso creyó, hasta que pidió referencias con respecto a la situación del club. Una vez que conoció la realidad de los pagos demorados, las elecciones suspendidas y las presiones a nivel personal, decidió no incorporarse a Independiente, y rápidamente aceptó una oferta idéntica de Colón, donde será dirigido, irónicamente, por el último entrenador del club, Julio César Falcioni.
Faltando cada vez menos para el cierre del mercado y cosechando rechazo tras rechazo, Independiente terminó acudiendo a la solución que siempre estuvo disponible, pero que intentaron evitar durante todo el mes: Lucas Rodríguez. Económicamente, el club puede relajarse en el hecho de que su contrato será determinado por los minutos que dispute, y su llegada como agente libre no implicará grandes expendios. Pero persisten las mismas dudas sobre su estado físico que lo persiguieron durante toda su estadía anterior. Existen pocos retratos más categóricos de la crisis que envuelve al club que acudir a un jugador libre para cubrir el puesto que él mismo dejó vacante por decisión de sus propias autoridades.